domingo, 28 de septiembre de 2008

Crítica de boda: Alberto y Nati

Recuerdo que en “Como agua para chocolate” alguien decía que el amor era como una caja de cerilla que se debía consumir de una en una. Una boda es como casi quemar la caja entera. Esa es una de las mayores razones por las que siempre me he negado a casarme. Prefiero vivir sin excesos el amor, algo de por sí ya bastante excesivo.

Ayer fuimos a la boda de Albertito, ahora Alberto, un super amiguito de la infancia. La boda, en una masia cerca de Vic, tuvo clase y a la vez fue cercana y entrañable. Pude, entre otros, reencontrar a Jose, mi compañero de portería en el Joanot Martorell. Aparte de contarnos todos los hijos que tenían nuestros amigos del insti, estuvimos discutiendo si fuimos o no campeones de Hospitalet en el campeonato benjamín de la liga 78-79. No hubo acuerdo, pero yo tengo claro que me dejé meter un gol tontísimo y no me lo puedo quitar de la cabeza.

Es curioso las cosas que se te quedan grabadas en la memoria de la lejana infancia. Por ejemplo, siempre que oigo maquillaje de Mecano, recuerdo ir a Castelldefels en el asiento de atrás del 124 de mi padre y pasar por delante del camping Toro Bravo. Y cuando oigo Bailando de Alaska y Dinarama, me viene un flash de la vuelta de un domingo de tortilla y partido de futbol en la Samson de St. Felíu.

En conclusión, una boda muy bonita, de esas que casi te entran ganas de casarte. Felicidades y muchisima suerte en la vida.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

en vez de una foto de los novios pones una foto de este tío???

Anónimo dijo...

No entiendo la manía que tiene la gente en casarse. Ni entiendo que critiquen las otra bodas a las que van, invitados por gente que sufrió las suyas antes. Ni la pasta que te dejas. Ni lo mal que se suele comer por bueno que sea el restaurante/catering.
Ni me entiendo a mí misma, que el año pasado prometí que la de Torrelodones sería la última y el sábado que viene me voy a Cuenca.

Rayuelo dijo...

Anónimo: voy a por tí

Anónimo dijo...

Pues a mi no me parece ni bien ni mal que la gente se case. Personalmente me da mucha pereza eso de montar una boda,pero no dejo de alegrarme cuando alguien decide hacerlo.

Anónimo dijo...

el amor quizás se puede vivir sin excesos pero se debe vivir sin límites,dejando que te sorprenda cada paso que das (para bien o para mal)...
Por lo demás,sí,las bodas son una celebración al que el negocio ha dejado prácticamente sin significado

Gwen Stacy dijo...

Si a mí me parece de puta madre que se case la gente, lo que me fastidia es que me inviten!!!
Porque no sé decir que no.

Anónimo dijo...

Inquilino, cuando te casas?