domingo, 3 de junio de 2018

Primavera Sound 2018: sábado

Entrar más tarde, a las 18:30, para escuchar a Peter Perrett y ver el mar sentada en lo alto de las gradas del Ray-Ban con el sol acariciándome la espalda. 
Ir a Lift to Experience y dejarme abducir por su post-rock texano. Qué maravilla These are the days. 
Llegar tarde a Rolling Blackouts Costal Fever (aka roller blaquinscansqui, cuando llegue al final del texto se me habrá olvidado el nombre otra vez), en un adidas rebosante de público. Mis amigos me vieron bajando por las escaleras y me dijeron que parecía Norma Duval y qué bonito, no sé yo de dónde me habrá venido esa elegancia, yo que siempre tengo miedo de caer de cabeza. Los Rolling muy buenos, ganas de volver a verles mejor. 
Subir a Slowdive, sentarse en la hierba, comerse un bocata, flotar, desear flotar de verdad para salir del tapón que se formó de la cantidad de gente que había. Los vi en marzo en apolo y quería ver otra cosa. 
Otra cosa: Lorde. Porque si esta chiquita es gigante será por algo, y no la iré a ver si va al Sant Jordi (decía yo antes de que empezara). Nos quedamos en mitad de mordor, esa zona asfaltada entre las dos barras centrales, donde pudimos bailar dando vueltas con los brazos extendidos. Lorde, maravillosa, con un salto de cama verde agua con pompones que me lo pongo yo y parezco una mesa camilla, dándolo todo. Voz maravillosa, actitud, empatía, me-encantó-But I hear sounds in my mind Brand new sounds in my mind But honey I'll be seein' you, ever, I go
waiting for it, that green light, I want it ¡DENME-VENTILADORES-MÁS-GRANDES!
Terminó, nos dimos la vuelta, nos pasó la horda alrededor y nos quedamos a ver un poquito de Arctic Monkeys, que tocaron I bet you look good on the dancefloor la tercera y muy bien. Muy bien que fuera la tercera, que así me pude ir. 
Oblivians, ni me acuerdo pero tocan otra vez hoy en el CCCB, le pongo remedio. 
Deerhunter, los Shellac del shoegaze, muy buenos, calentando motores para Beach House, medio concierto y a Public Service Broadcasting, que nos le he visto nunca. 
Nos afincamos al final del Pitchfork y desde allí vemos PSB y luego oímos Mujeres. Las chicas, los chicos se van al pogo. 

Coco, llegamos y aguantamos, porque no poner ni un hit muy mal. Muy mal Coco. Un Common People, un Suspicious Minds, no sé, danos algo para corear. Que me tuve que ir que aún no había salido el sol. 

sábado, 2 de junio de 2018

Primavera Sound 2018: viernes

La lágrima al borde del abismo con Waxahatchee abriendo su concierto con Recite remorse, y seguirlo con Silver, y por ahí en medio del setlist Never been wrong, te tienes que enamorar. Tengo nueva banda de chicas favorita.  
Cesare Basile o un italiano haciendo música balcánica de interludio hasta The Breeders, que llegué justo cuando empezaba Divine Hammer, y tocaron Cannonball y pude saltarla y es un life goal accomplished. Jefazas. Kim Deal, de mayor quiero ser como tú. 
¿Que hay que meterse en el corralito del populacho para conseguir una cuarta o quinta fila para The National justo cuando acaban Breeders? Pues se mete una en el corralito. Una, y la otra, mi Núria, la que lleva, llevamos, cinco conciertos seguidos, seis si contamos Day of the Dead, en las primeras filas, y aún no nos han puesto orden de alejamiento. Y mi Nadia, que llegó un poco más tarde y no se podía creer que los iba a ver tan cerca. Menos Graceless, que Matt la cantó regular tirando a mal, espectaculares, están a otro nivel. Aunque no tocaran Apartment Story, ni Abel. Les amo. 
¿Que se cae Migos del cartel y tenías a Los Planetas previstos para un unexpected? Pues los pones en el escenario grande y haces feliz a miles de españolitos canosos y haces huir despavoridos a miles de guiris jovenzuelos. Empezar con Segundo premio y acabar con De viaje, de llorar. Y saltar. 
Pajareo hasta Ty Segall, lo vemos de lejos, es muy bueno pero no es nuestro día. 
Omni, el último grupo de guitarras de la jornada nos hace bailar dando vueltas, buena señal. 
La pesca de arrastre hasta la apertura del metro: DJ Python, muy bien pero queremos ver, u oir, a The Black Madonna, pero adentrarse en el Ray-Ban a esas horas es de valientes y nosotros lo que queremos es un croissant recién hecho y una cama. Lo primero no lo conseguimos. 

viernes, 1 de junio de 2018

Primavera Sound 2018: jueves

El calor al entrar en el Fòrum a las 17:16 de la tarde con todos los guiris. 
La pequeña decepción con Vagabon, quizá esperaba demasiado de una chiquilla muy joven que tiene canciones muy buenas, y una voz portentosa pero que mi dio la sensación de estar acojonada abriendo el escenario grande de la tierra media, y despachó su repertorio en menos de media hora (tenía tres cuartos asignados).
Ir a Yonaka, ver dos canciones y decidir que no, que a Ezra, que a mí me gusta el pop. Al pobre Ezra le daba todo el sol en la cara y nosotras nos pusimos lejos a la sombra, pero qué poderío y qué alegría de vivir. Love you so bad. 
El poco caso que les hicimos a The Twilights Sad, llegar tarde a Sparks, el vació existencial hasta Nick Cave rellenado a base de superar la taquicardia que me provoca el último disco de The War on Drugs. 
La caminata hasta Anna von Housswolff, apabullante señora, la caminata de vuelta a mordor, a esperar una hora pegados a la valla del corralito. 
Nick Cave de mi vida, fuego de mis entrañas. 
Chvrches, bailar dando vueltas sobre mi misma con Clearest Blue, 44 años tengo. It’s not enough, not enough... You’ll meet me, you’ll meet me half way
Dos canciones, maravillosas, de Nils Frahm, el artista peor programado del día. 
La pesca de arrastre en mordor-playa, el pajareo en For Tet, el metro lleno a las cinco de la mañana.