sábado, 2 de junio de 2018

Primavera Sound 2018: viernes

La lágrima al borde del abismo con Waxahatchee abriendo su concierto con Recite remorse, y seguirlo con Silver, y por ahí en medio del setlist Never been wrong, te tienes que enamorar. Tengo nueva banda de chicas favorita.  
Cesare Basile o un italiano haciendo música balcánica de interludio hasta The Breeders, que llegué justo cuando empezaba Divine Hammer, y tocaron Cannonball y pude saltarla y es un life goal accomplished. Jefazas. Kim Deal, de mayor quiero ser como tú. 
¿Que hay que meterse en el corralito del populacho para conseguir una cuarta o quinta fila para The National justo cuando acaban Breeders? Pues se mete una en el corralito. Una, y la otra, mi Núria, la que lleva, llevamos, cinco conciertos seguidos, seis si contamos Day of the Dead, en las primeras filas, y aún no nos han puesto orden de alejamiento. Y mi Nadia, que llegó un poco más tarde y no se podía creer que los iba a ver tan cerca. Menos Graceless, que Matt la cantó regular tirando a mal, espectaculares, están a otro nivel. Aunque no tocaran Apartment Story, ni Abel. Les amo. 
¿Que se cae Migos del cartel y tenías a Los Planetas previstos para un unexpected? Pues los pones en el escenario grande y haces feliz a miles de españolitos canosos y haces huir despavoridos a miles de guiris jovenzuelos. Empezar con Segundo premio y acabar con De viaje, de llorar. Y saltar. 
Pajareo hasta Ty Segall, lo vemos de lejos, es muy bueno pero no es nuestro día. 
Omni, el último grupo de guitarras de la jornada nos hace bailar dando vueltas, buena señal. 
La pesca de arrastre hasta la apertura del metro: DJ Python, muy bien pero queremos ver, u oir, a The Black Madonna, pero adentrarse en el Ray-Ban a esas horas es de valientes y nosotros lo que queremos es un croissant recién hecho y una cama. Lo primero no lo conseguimos. 

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