martes, 31 de agosto de 2010

todos esos zapatos devorando calcetines de persona senil, camisetas estampadas con chistes sin gracia, incrustadas en pantalones de pinza mal planchados, o asomando de trajes anchos con hombreras dislocadas y colores imposibles, complementos de institución mental, ortodoncias, protesis de saldo, tics desagradables, pelos con tintes baratos que necesitan un repaso urgente, trajes chaqueta propios de fulana de whiskeria, caspa a granel, siempre mucha caspa, eso es lo que te encuentras de vuelta a la oficina.


martes, 24 de agosto de 2010

Pakistán

Forges. Publicado en El País el 24 de agosto de 2010.
Esto lo llevo pensando yo desde hace días. ¿Dónde están las campañas de concienciación, las donaciones masivas, las cuentas abiertas en cada banco por cada ong para que hagamos nuestra pequeña aportación? ¿Tan poco nos fiamos de ellos? Y lo que es peor, ¿tan poco nos fiamos de sus dirigentes que condenamos a los 20 millones (¡¡¡20 millones!!!) de afectados a la catástrofe total?

viernes, 20 de agosto de 2010

¡A robar carteras!

Hace un par de fines de semana cogí el metro a las nueve de la noche, línea verde de Diagonal a Paralel. En Paseo de Gracia calé, ya antes de que se subieran, al típico grupo de tíos chungos que se separan al subir, rodean guiris y tratan de birlarle lo que sea a uno, o a los que pueden. Tres se subieron al vagón por la puerta frente a la que estaba yo, mientras otro merodeaba tras una familia de turistas. Se bajaron todos, éste, los tres que tenía delante y la familia, una cosa rara, porque no vi que les pillara nada, y luego se dirigieron todos a la misma salida por el andén. A saber cómo acabó la cosa. En todas las siguientes paradas vi cosas raras, y me bajé del metro aferrada a mi bolso viendo ladrones por todos lados.
Hoy en la misma línea, de Drassanes a Diagonal, a las tres de la tarde, en Catalunya se han subido dos seguratas a mi vagón. Uno de ellos rápidamente ha visto a un habitual, se lo ha comentado a su compañero, y lo ha mirado fíjamente para que desistiera de su intento de robar a dos inglesas. Hasta ha hecho amago de bajarse en Paseo de Gracia detrás de él, pero parace que no ha hecho falta. Al llegar a Diagonal han visto a otros dos sospechosos habituales en el andén contrario, cuando me bajaba estaban decidiendo cómo les iban a controlar.
Cómo está el patio. No creo que entre en las funciones de la seguridad del metro controlar a los ladrones, pero a fe de listo que menos mal que están.

martes, 17 de agosto de 2010

The Pains of Being Pure at Heart + Odio París


La costumbre de los del Sidecar de abrir puertas media hora más tarde de la de inicio del concierto (o más) empieza a tocar las narices. Solo he ido dos veces este año, en la primera, Tallest Man on Earth en abril, abrieron (¡abrieron puertas! el concierto ya ni recuerdo con cuánto retraso empezó) a las 11 cuando en la entrada ponía que el concierto empezaba a las 10. Pero era sábado.
Ayer, tres cuartos de lo mismo. De hora de retraso, vaya. Se suponía aquello empezaba a las 10 (los teloneros) y nos dejaron entrar a partir de las 10:45. Odio París empezaron pasadas las 11 y los Pains, a las 11:45. De un lunes. Previo a un martes laboral para muchos. ¿Por qué cuento todo esto? Porque estas esperas por la cara lo único que consiguen es cabrear y cansar al personal. No se genera expectación, se genera mala leche y ganas de que no salgan a hacer bises (efecto "si me queréis irsen"). Por no hablar del taxi, etc. Muy mal.

Odio París, en cambio, muy bien. Nadie había tenido tiempo o ganas de echarles una escucha, y fueron una grata sorpresa, al menos para el Inquilino y para mí. Alguien (que lee jenesaispop) los describió como mezcla entre los propios Pains y los Planetas, a lo que Inquilino dijo que vaya, íbamos a ver el mismo concierto dos veces. Ya les hubiera gustado a los Pains. Bueno, igual me he pasado. Por partes.

En efecto, Odio París recuerdan a los Planetas, y a los Pains los recuerdan porque estos saben a primeros noventas, a distorsión y melodía y cabeceos shoegazers. Y porque tienen una asiática en sus filas. Si las letras de Odio París sonrojaron a alguna (yo ni me fijé), la música me sacudió. Retrocedimos diez o quince años en el tiempo, y por un momento hasta me pude creer la ilusión de tener la misma edad que los que estaban sobre el escenario. Sonaron muy bien, arrolladores, mucho mejor que los Pains (¿de qué grupo era el técnico de sonido?) y arrancaron aplausos sinceros al público.

Los Pains. En fin. Una de cal y una de arena. Empezar con "This love is fucking right" tan mal tocada y cantada no era el mejor de los augurios, menos cuando llevas dos horas de plantón esperando eso, su primera canción. Si no me equivoco siguieron con "Come Saturday" y la cosa mejoró un poco por los coros de los fans, no por mérito de ellos. Ayayay. Iban hacia el desastre cuando atacaron "Yound adult fiction" y esta sí, la tocaron como se merece. De ahí al final que llegó en cuarenta minutos, altibajos. Las canciones que conocía menos fueron las que más me gustaron, quizá por no poder apreciar si la estaban tocando bien o mal.

Remontaron al final, con un par de temas en los que consiguieron el muro de guitarras que tan poco pareció costarles a Odio París, pero en general mi impresión fue que el disco les viene grande. Las estrecheces de Sidecar, el retraso y estar pensando que tienes que levantarte a las siete les ayudaron poco, es verdad. Pero falta rodaje, falta tener que esforzarse para ganarse al público. Pero con el discazo que tienen, les concederé otra oportunidad. En un festival. Si no coinciden.

domingo, 15 de agosto de 2010

Gràcia!

Spiderman a Bruniquer
Florspressos a Joan Blanques de baix
Camp de blat i babols cap per avall? a Joan Blanques de dalt
Estrelles a la plaça Rovira
Papallones "bèliques"? a Verdi

lunes, 9 de agosto de 2010

La otra habitación (C. Bukowski)

siempre hay alguien en la otra habitación
Escuchando mas allá de la pared.

siempre hay alguien en la otra habitación
que se pregunta lo que estás haciendo
sin él.

siempre hay alguien en la otra habitación
que tiene miedo de sentirse mejor estando solo.

siempre hay alguien en la otra habitación
que piensa que tu estás pensando en otra persona
o que piensa que no te importa nadie
excepto tu mismo en esa otra habitación.

siempre hay alguien en la otra habitación
que ya no se preocupa por ti tanto como acostumbraba.

siempre hay alguien en la otra habitación
que se enfada cuando se le cae algo
o que se disgusta cuando tu toses.

siempre hay alguien en la otra habitación fingiendo
leer un libro.

siempre hay alguien en la otra habitación
hablando durante horas por teléfono.

siempre hay alguien en la otra habitación
y tu casi no recuerdas ya quién es
y te sorprendes cuando hace un sonido
o va por el pasillo hasta el baño.

pero no siempre hay alguien en la otra
habitación porque
a veces no hay otra habitación.
y si no hay
a veces no hay nadie aquí en
absoluto.

(mi poesía favorita del libro póstumo "Open all night". Traducción: Rayuelo)

domingo, 8 de agosto de 2010

Estiu del 80

Divendres ma cosina va fer trenta anys.
És curiosa la memòria, perquè jo hi tinc guardat un "curt" del dia que la van pujar de Lleida.
Van arribar al tard, la canalla jugàvem a la plaça. Vam sentir un cotxe, i ens vam fer al baixador per espiar si eren, per fi, ells.
El dos cavalls blau cel, o potser ja era el dyane sis taronja, encara torcia la cantonada del corral de Salvany i nosaltres ja corriem i cridavem com esperitats, camí del cementiri amunt, que paressin, que la voliem veure.
Van aturar-se passat el portell. Son pare somreia d'orella a orella, cofoi, i sa mare la va treure del cuco i ens la va ensenyar, a un ramat de mocosos d'entre cinc i nou anys, que per fi teniem relleu. Li vam acaronar les galtes amb unes mans que devien fer por de veure de brutes i desprès de dir que què guapa era els vam deixar que acabessin d'arribar a casa, i nosaltres ens en vam tornar a la plaça a jugar al pot. O al escondite. O a beisbol.
A què jugàvem no ho recordo, ves per on.

viernes, 6 de agosto de 2010

Un hombre maduro

Madurar es comprender que la vida es corta pero que no hay que tener prisa por quemar etapas
Madurar es afrontar que hay infinidad de cosas que ya no tienen vuelta atrás en tu vida.
Madurar es creer que eres consciente de tus limitaciones y de tus virtudes.
Madurar es escribir comentarios en las noticias de la web de La Vanguardia
Madurar es aficionarte de nuevo a ver deportes en la tele, es redescubrir a David Bowie
Madurar es que te duelan las rodillas, y que te salgan canas en los pelos del pecho
Madurar es afrontar igual un sabado noche que un martes noche
Madurar es estar todo el día en el facebook felicitando los cumpleaños a los amigos.
Madurar es emborracharte con tres cubatas, es no soportar el tabaco
Madurar es hacer las paces con a tus padres, incluso comprenderlos.
Madurar es mirar a mujeres guapas en el metro y no ver una escena de cine porno.
Madurar es no soñar con sexo, y hacerse pajas solo para acordarse de los viejos tiempos
Madurar es ver nacer a tu hijo.

No he hecho nada para madurar, no lo he buscado ni lo he querido, sin embargo veo que el momento llega silencioso. Madurar es una puta mierda. El lunes cumplo 39.

jueves, 5 de agosto de 2010

EL GENIO DE ALEJANDRO MAGNO

La infancia de Alejandro

“Filónico de Tesalia le ofreció a Filipo un semental, Bucéfalo, a un precio de trece talentos. Después salieron a la planicie a probarlo. El veredicto fue que el caballo era salvaje muy incontrolable. No permitía que nadie lo montara, ni siquiera los mejores jinetes de entre los camaradas de Filipo, y se encabritaba para impresionar a todos. Esto enfureció a Filipo. Ordenó la eliminación de este animal tan absolutamente salvaje e indómito. Alejandro estaba presente. Que caballo se van a perder-dijo-. No pueden controlarlo porque carecen de comprensión y coraje. Filipo al principio calló. Pero cuando Alejandro insistió una y otra vez y se enardeció, Filipo dijo: ¿osas criticar a tus mayores porque tienes un poco más de conocimiento o eres más hábil para montar un caballo? Sea como fuere, a este caballo-contestó Alejandro-lo monto mejor que nadie. Y si no lo domeñas, ¿qué precio pagarás por tú imprudencia?, inquirió Filipo. ¿Cielos! Te pagaré el precio del caballo-Alejandro-. Hubo un estallido de risas. Luego, una vez establecidos los términos monetarios de la apuesta, Alejandro se acercó al animal, tomó las riendas y lo hizo ponerse de frente al sol, porque se había dado cuenta-según parece-de que el caballo se ponía nervioso al ver agitarse su propia sombra.

Durante un rato Alejandro acarició al animal. Entonces, cuando vio que estaba lleno de bríos, se quitó lentamente la capa, y de un salto montó a horcajadas sobre él. Durante un tiempo lo tuvo dominado, tensando las riendas para controlar la embocadura, pero sin dar tirones ni lastimar la boca, y cuando vio que el caballo perdía el temor y estaba ansioso por correr, lo dejó galopar y lo estimuló con un grito vigoroso y la presión de sus piernas. Al principio los que estaban con Filipo lo contemplaron con inquietud y en silencio. Pero cuando logró que el caballo se comportara de manera correcta y regresó jubiloso y altivo, todos vitorearon. Su padre, según se dice, lloró de alegría, lo besó cuando desmontó, y le dijo: Hijo mío, busca un reino digno de ti. Macedonia no es suficientemente grande para ti.

Nicholas Hammond

NOTAS:

- Este relato se atribuye aun testigo presencial, un tal Marsias Macedón.
- Bucéfalo, que significa “cabeza de buey”, así se llamaba según la marca a fuego sobre su anca, era un semental de unos cuatro años de edad. Era un caballo de gran porte y espíritu noble, como en efecto lo vemos retratado en el mosaico de Alejandro que conmemora la batalla de ISO.

- Se montaba a pelo porque los estribos y las sillas de montar no se inventaron hasta la Edad Media, lo que me hace pensar lo difícil que sería y más con un caballo así.
v Bucéfalo fue entrenado para caballo de guerra y jamás se dejó montar por nadie que no fuera Alejandro.

lunes, 2 de agosto de 2010

Sopor estival

He empezado dando cabezazos y he acabado echándome una siestecita de quince minutos mientras atendía (es un decir, claro) a una formación por teleconferencia.
Hasta aquí, tampoco es nada del otro mundo, miles de personas están haciendo lo mismo en este momento (dormirse mientras intentan seguir charlas soporíferas).
El mérito es haberlo hecho apoyada en el brazo que sujetaba el teléfono contra mi oreja, y que éste no haya acabado por el suelo.
... mmm que gustico las siestas en verano...