lunes, 18 de octubre de 2010

Música para la Línea 3

Mihai espera sentado en el andén. Lleva mas de diez horas trabajando sin apenas descanso. En agosto el calor es sofocante en el Metro.

Mihai ve llegar el tren con su traqueteo metálico y sus focos resplandecientes. La gente se levanta para apretar los botones de las puertas. Él aguarda a que todo el mundo haya entrado. Se acomoda su acordeón, se incorpora y entra justo antes de que se cierren las puertas.

El vagón no está lleno, hay sitio suficiente para poder ir tocando entre la gente. Mira a derecha e izquierda, ni rastro de los agentes de seguridad. Mihai se coloca el acordeón mira a su público. La mayoría de la gente disimula, hace como que no le mira. Otros miran de reojo o directamente y ponen cara hastío cuando no de asco. Dos niños levantan la mirada expectantes, uno de ellos con un moco colgandole a la altura de la barbilla. Las turistas japonesas del fondo recolocan sus cámaras fotográficas para tenerlas a la vista, siguiendo a rajatabla las recomendaciones de sus guías.

Mihai inicia su actuación titubeante y con algún desafine. Ha dejado de tocar música popular romaní, la que le enseñaron sus padres. Ahora toca canciones españolas con su estilo, que dan sin duda mucha mas recaudación.

Apoyado contra la puerta procura no desestabilizarse y sigue tocando ahora con mas confianza, sonriendo a su público. Ve a una señora mayor que rebusca en su monedero, esta vez no se irá de vacío. Mihai finaliza poco antes de que frene el tren y camina de una punta a la otra mirando a los ojos a la gente, bajando la cabeza y mostrando su vaso. “Muchas gracias señora”, y sale apresurado cuando suena el bip-bip y se empiezan a cerrar las puertas

4 comentarios:

Gwen Stacy dijo...

¡¡¡Titúlalos!!!
En mi taller nos enseñaban que el título es muy importante :-)
Uno bueno engrandece el texto, engancha, provoca la lectura.

Rayuelo dijo...

Títulado (ya lo tenía). Curiosidad, me ha costado un huevo encontrar un nombre típico de gitano rumano. Todavía no tengo claro que el que he puesto sea bueno. No sabemos nada de esa gente que vive junto a nosotros.

Gwen Stacy dijo...

El chico que trabaja en mi casa, que no es gitano pero si rumano, se llama Marian.
La señora que hace dos semanas que cuida a mi abuela, que no es gitana pero si rumana, se llama Marieta.

A mi Mihai me suena a ukraniano, pero a saber.

PD: titulado gana! :-)

Quiero volver a Tokio dijo...

Pues a mí Mihai me suena japonés. Y entre eso y que comienza diciendo que lleva más de 10 horas trabajando sin dencanso, pensé que el relato iría sobre un japo volviendo a casa tras una interminable jornada de trabajo. Nada más lejos de la realidad :-)