sábado, 26 de julio de 2008

Mi FIB'08: Domingo

Margarita y yo nos despertamos bastante pronto, a mediodía, hacía sol y quedaba rato para la hora de comer, así que decidimos que un bañito en la piscina era lo más apropiado. Y lo era.
Se nos unieron los chicos, y a la una y media nos fuimos a comer. Las dos marmotas, Walkiria y Cafeína, acudieron al restaurante. Comer y corre-corre a la estación, que Margarita se iba. No hubo forma de convencerla de que se pusiera enferma el lunes.
Apenas media horita de siesta y a ponerse en marcha, que The National tocaban a las 18:40. Llegando al recinto un tipo entre los árboles afinaba un trombón. En la siguiente esquina, pero dentro del recinto, entre lonas, otro tipo afinaba la trompeta. La sección de viento de The National es rara.
Llegamos sobrados de tiempo, nos situamos en las primeras filas, aguantamos pacientemente un retraso de más de 15 o 20 minutos durante el que la banda seguía probando y a disfrutar. Javi preguntaba si el cantante era así o es que iba borracho. Pues es así, pero probablemente se le había ido la mano con la sangría al sol. Lo que no impidió que dieran un conciertazo, repasando casi todas las canciones de Boxer y las más movidas de Alligator.
Cuando acabaron nos dirigimos al escenario grande. Leonard nos esperaba.
Impone respeto ver salir al escenario a quien podría ser tu abuelo, sonriente y feliz, y cantando con esa voz. No puedo decir que sea una gran conocedora de su obra, y en el consejo de redacción de este blog hay dos personas que podrían describir mejor que yo el concierto, así que solo diré que me emocionó, me transmitió mucha energía positiva y fui consciente de estar presenciando algo único, probablemente irrepetible. Lo mejor, su sonrisa entre canción y canción viendo la multitud que había congregado que le aplaudía a rabiar. El Inquilino, que lo vio desde el césped, contó que el acabar todos los que estaban allí sentados se levantaron para sumarse a la ovación.
Aturdidos aun nos fuimos corriendo a la carpa pequeña a ver lo que quedara de Micah. Cafeína estuvo allí desde el principio, concierto íntimo. Parece que se le colaba el sonido de Dead Cab for Cutie y lo comentó. Cuando llegamos nosotros aun le quedaban unas cuatro canciones, y no sé cómo había sido el resto del concierto, pero en estas la emprendió a guitarrazos y alaridos. Escalofriante, como siempre.
Corre corre de nuevo, al grande, que empieza Morente. La primera parte fue flamenco del clásico, con bailaores y todo. Luego salieron Lajartija Nick, y todo, no solo la música, se electrizó. No sucedió lo que todos esperábamos, el dueto con "el maestro Leonardo" (Morente dixit) pero sí salió Estrella a cantar con el "Primero conquistaremos Manhattan, después conquistaremos Berlín". Se quedó dando palmas y haciendo coros con Las Negris, grupazo de gitanas de toda edad que no había llevado al Primavera. Geniales Las Negris. El concierto se alargó, pero no hubo huevos de cortarle el sonido, ¡que estaba el clan en pleno! Otro conciertazo único e irrepetible.
Morrissey. Qué pereza me da hablar de este hombre. Porque sí, fue un bluff de los gordos. A mí no me engaña más. Que encima yo nunca he sido ni fan de los Smiths! Hace dos años moló, y este, bueno, las cuatro primeras canciones vale, pero luego su ego se le escapó de las manos y nos regaló con un set de canciones pelmazas. Presuntuoso, arrogante, plasta. Sus comentarios entre canción y canción para hacérselos tragar con un solomillo.
Quien se fue a Yelle antes de que acabará, acertó. Eso creo, porque nosotros la vimos acabando y desde fuera, pero oye, simpatía y ritmo le echó la muchacha, y después del latazo anterior reavivó los espíritus.
Entre tanto, por lo visto Justice arrasaron en la carpa, pudiendo haber llenado el grande. Y también me hablaron bien de Supermayer, que coincidía con Yelle y Siouxie.
Esta, Siouxie, estuvo bien, de acuerdo con el Inquilino en que se infravaloró su concierto. Yo me acerqué con él al escenario en la segunda parte y valió la pena.
Ya solo quedaba Vive la Fête, para pegar cuatro saltos. Eso hicimos. Me lo pasé mejor en la Mercé de hace no sé ya cuantos años, pero cumplieron.
Como era el último día, había que cerrar. Al menos una noche (yo, que otros ya habían cerrado otros días y Boyscout, todos). Así que me armé con un par de botellas de agua y una copa más, y hala, a bailar fuera de la carpa pop. Los djs se portaron, bueno, uno casi nos mata de agotamiento en la primera parte de su set, pero aguantamos. Cafeína, Inquilino y Boyscout, por supuesto. Salió el sol, se acabó la música, volvimos por un pasillo de los muertos donde no quedaban ya ni los antidisturbios de la Guardia Civil, nos hicimos la foto en el puente, y desayunamos antes de irnos a dormir.
Mi décimo FIB, consecutivo, acababa aquí.
Thank you for coming. See you next year.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Morrisey es una diva caprichosa y decadente...el cantante de Sex pistols le podría haber pateado el culo a él en vez de al de Bloc PArty!
La verdad es que me empiezo a cansar de festivales pero la espiral no para y te arrastra siempre con ella...hasta que llegue el momento de la implosión...atentos,que en mi testamento habrá para todos.

Rayuelo dijo...

Ya somos 2 con problemas respiratorios. Ahora mismo no me veo en ningun festival de 4 días. O me lo tomo de otra forma.

Anónimo dijo...

El Sonorama dura sólo dos,no???aunque en tienda de campaña...buf!

margarita la saxofonista dijo...

que bonita la foto Gwen.