viernes, 11 de febrero de 2011

Crítica de libro: City


Otro de los libros que me encontré junto a un contenedor de la calle Girona. Lo tomé porque me gustó la portada y el texto de la contraportada, para que lo luego digan que nadie las lee. A Alessandro Baricco le comparan con Salinger, y debo decir que tras la lectura de “City” no se si decir que lo iguala o lo supera.

City tiene dos protagonistas principales, un niño superdotado nacido para ser premio Nobel -con dos amigos invisibles y una historia de boxeadores cada vez que visita el lavabo- y una chica que vive para crear un western en su cabeza.

City es un rompecabezas, donde importan mas las historias al margen que el argumento principal. Recursos literarios en su justa medida, buen ritmo, personajes obsesivos, el libro que a mí me gustaría escribir. Os dejo con el fragmento que resumiría buena parte del libro.

“La gente cree que las dificultades de un niño prodigio nacen de las presiones de quienes están a su alrededor, de las expectativas salvajes que recaen sobre él. Tonterías. El verdadero problema reside en su interior, y los demás no tienen nada que ver. El verdadero problema es el talento. El talento es como una célula enloquecida, crecida hipertróficamente y sin causa alguna. Es como si te construyeran una bolera dentro de casa. Lo destrozan todo, a lo mejor es hasta bonita, a lo mejor aprendes a jugar a los bolos como Dios, te conviertes en el mejor jugador de bolos del mundo, pero cómo puñetas arreglas tu casa, cómo la proteges de todo eso, cómo te las apañas para tener alguna cosa de la que, en el momento necesario, puedas decir Ésta es mi casa, no me toquéis los huevos, ésta es mi casa. No puedes conseguirlo. El talento es destructivo, es objetivamente destructivo, lo que ocurre alrededor no tiene importancia. Trabaja ahí dentro, y destruye. Hay que ser muy fuerte para poder salvar algo. Y es un crío. ¿Usted se imagina una bolera justo en medio de la casa de un crío? Sólo con el ruido que hace, todo el santo día, siempre ese barullo, y la certeza de que el silencio, un silencio verdadero, ya puedes olvidarlo. Casas sin silencio. ¿Qué casas son ésas? ¿Quién le devuelve a ese chico su casa? ¿Usted, con su cámara? ¿Yo, con mis clases? ¿Yo?”

1 comentario:

margarita dijo...

Me han entrado ganas de leerlo. De Baricco sólo me he leído el libro-cuento "Seda" y me gustó.