Primavera Club: fin de fiesta

Del Auditori del Fòrum solo conocía La Buena Vida, pero ya que tenía el abono, preferí pasar la tarde allí que en mi sofá.
No llegué a Espaldamaceta, pese a que me lo habían recomendado. Por lo que he podido oír en su myspace, puede ser el próximo Manos de Topo y seguro que habrá ocasiones.
Mi primer concierto fue el de High Places. Si The Dodos son los primos folkies de Animal Collective, High Places son los hijos del Guincho y múm, y los han puesto a tocar en el fondo de una piscina.
Para Abe Vigoda ya tuve compañía. Problemas de sonido constantes hacían salir un técnico por cada lado del escenario a cada canción, sin que arreglaran nada. Hubo abucheos y silbidos, y hasta un “”¡la Buena Vida ya!” pero ellos siguieron con su punk calipso (eso dicen ellos) que, también, tenía trazas de Animal Collective. El de la derecha era Chiquito + El Guincho + Graham. El de la izquierda terminó el concierto destripando su guitarra, restregándola con furia contra el suelo, levantándose y dejándose caer en plancha de cara contra el suelo ¡dos veces! para acabar arrodillado y encogido balanceándose como un orate.
La Buena Vida venían acompañados de cuerdas y vientos, como debe ser en las grandes ocasiones, y salieron a tocar algún tema amiguetes. Soidemersol no es el disco favorito de ninguno de los intersimbólicos, pero a mi el concierto me supo a gloria, con una Desde hoy en adelante desbordante.
Todo el mundo habla maravillas de Eli “Paperboy” Reed y ahora sé porqué. Nada nuevo bajo el sol (soul) pero su música es infecciosa. A la segunda canción ya tenían a todo el Auditori en pie, bailando y dando palmas, para acabar con una invasión de escenario muy civilizada. Parece mentira la voz que sale de ese cuerpo blanco de 24 años y la actitud de telepredicador que gasta, pero yo ayer le hubiera comprado 10 biblias. Creo que no defraudó a ninguno de los que le elegimos frente al Barça-Madrid.
Quedaban los conciertos de apolo. Lovvers son otra banda punk, ingleses, que al menos tienen la gracia de tocar canciones distinguibles una de la siguiente y mucha actitud, aunque al cantante no le irían mal las mismas pastillitas que se olvidó de tomar el de Abe Vigoda. Boss Hog los aguanté tres canciones (John Spencer se me atravesó hace lustros y no hay manera) y me fui con Lourdes y Matías a ver qué hacían The Extraordinaires. Les costó hacer honor a su nombre, con unas primeras canciones simples que dejaban poca huella (aunque muchísimo mejor estar allí que arriba) pero fueron de menos a más, poniendo a bailar al público, que era mucho, y arrancando aplausos convencidos. Fue una bocanada de aire fresco y ¡por fin! algo que no sonaba a Animal Collective.
La sala no se vació para la sesión de djs, y me pareció ver unos cuantos de los músicos de las bandas que habían pasado por los distintos escenarios, The Extraordinaries, en pleno y desatados, encantados de hacerse fotos con los fans (y si Matías me las pasa, os lo demuestro).
Llegaron mis djs favoritos, Joan y Alberto, con Ohlek, para acompañarnos en los bailoteos. Cuando ya nos íbamos se desató la euforia noventas: el Trouble de Shampoo, Music for girls (Alberto o Joan me podrán decir que quién), Disco 2000 de Pulp, Al amanecer de los Fresones y para completar el revival, Alright de Supergrass.
Eran las cinco cuando me fui y hacía días que no veía la 2 tan petada a esas horas. Os eché de menos a todos, porque si hubierais estado de allí nos sacaban a escobazos con las luces.