martes, 5 de mayo de 2015

SOS4.8 - The National


No nos engañemos, yo he ido al SOS4.8 este año, después de decir en 2010 que no volvería, porque tocaban The National. Aunque no habría podido ir si el Barón no hubiera decidido ir a ver a Morrissey, que era el otro cabeza de cartel. 
Así que me permitiréis la libertad de empezar con el concierto de The National. Aunque para ello tenga que empezar con Lori Meyers, que eran los que tocaban antes, y a los que, con la poco más de media hora entre unos y otros, tuvimos que ver para ir avanzando posiciones y, al acabar, lanzarnos como jabatas hacia las primeras filas. La jugada nos salió bien, pues si bien el ansias del Barón nos decía, a la segunda canción de Lori Meyers, que ya tendríamos que estar delante, ansias que evidentemente me contagió, la tranquilidad de Núria, y sus pocas ganas de soportar apretones hicieron de contrapunto. Nos fuimos acercando como quien no quiere la cosa y al final del concierto ya estábamos a menos de 10 metros del escenario. Aún se estaban despidiendo los granaínos cuando dos señoras se abalanzaban sobre las vallas, detrás de dos niñas bajitas, que estaban allí por estar, por vivir un festival en primera fila, sin saber qué iban a ver. Centro-derecha, frente al micro de Aaron. ¿Podríamos haber estado más centradas? Sí, pero no en una segunda fila que era como una primera. Primer objetivo de la noche conseguido. El segundo era no trastabillar cuando me pusiera a dar saltos, porque estábamos en el borde de la reja. 


Media hora hasta la de inicio, y Bryan Devendorf calentando brazos y amenizándonos la espera. Por fin, Riders on the storn por los altavoces da paso a la banda, que entra por la izquierda del escenario, justo al otro lado de donde estamos nosotras. El setlist (abajo), casi calcado al de los tres últimos conciertos que he visto, Bilbao, primavera y Madrid, empezando con Don’t swallow the cap y I should live in Salt.  En Sea of love primeros cabezazos al micro, o no, quizá es que después de los últimos conciertos ya los doy por hecho. Faltaron Mistaken for strangers y Sorrow, que suelen colar entre las tres o cuatro primeras, Conversation 16, sustituida por Squalor Victoria, y faltó también About today, pero a cambio tocaron Abel, que es oir el redoble y el primer acorde y se me activa un resorte que me obliga a dar saltos como si no hubiera mañana y gritar poseída turn around, turn around, take me back, I can’t calm down! y My mind’s not right! Aaron presentó la canción diciendo “this is an old song” y bueno, es tan vieja como Mr. November pero es cierto que no todo el mundo la canta ni, ni mucho menos, enloquece como enloquezco yo. No es mi favorita (son unas cuantas), pero como no siempre cae, cuando la tocan me siento como si me hubiera tocado el premio en la rifa. A la taquicardia que arrastraba toda la tarde súmale la subida de pulsaciones por los tres minutos y medio de saltos y gritos y tendrás a una persona al borde del colapso cardiaco. Yo. Por suerte bajaron el ritmo con Slow show, para volver a atacar con un medio tiempo, Apartment Story, regular tocada y mal cantada, una pena, pero yo la bailé igual y canté But I'll be with you behind the couch when they come on a different day just like this one (aquí va una córeo de hombros chispifláutica) y berreé So worry not, all things are well, we’ll be alright, we have our looks and perfume. Otra vez siguió una lenta, para bajar pulsaciones y atacar la recta final. A quien se preguntara en Bilbao qué hacía Sufjan (Rayuelo, no miro a nadie), se lo cuento rápido: tocar el piano para que ni Aaron ni Bryce tuvieran que hacerlo. En una canción Aaron iba loco de piano a guitarra, hasta cuatro cambios. También les faltaba uno de los chicos de la sección de vientos y la ausencia fue bien dolorosa en Fake empire. Por fin Mr. November y sí, Matt se tira. Por la izquierda. Cae sobre nuestro Mat*, que le hace mil fotos que no sé qué habremos hecho para que el karma le haya jodido la cámara y las haya perdido todas. Alguien canta I won’t fuck us over, I’m Mr. November y no es Matt. Al día siguiente me entero de quién fue, alguien a quien sigo en tuiter, me hizo ilusión. Sube, empieza Terrible Love y se tira por el otro lado, el nuestro. Llegamos a tenerlo detrás, el cable del micro tenso, la cara de los de seduridad el doble de tensa, pero no nos movemos, ya tuvimos bastante batidora epifánica** en Bilbao, esta vez toca mantener la posición, aunque sea para poco, pues no cantan Vanderlyle, apenas para despedir a la banda y ver a Matt pegar los últimos lingotazos a la botella, lanzarla al aire y al caer y no romperse, ir a por ella y llevársela. 

Fue mejor concierto el de Bilbao, sin duda, pues había más banda, el escenario era más pequeño y estaba más cerca (¡ese foso interminable!), las canciones sonaron todas redondas y Matt acertó la dosis de tinto, y aún y así el concierto de Murcia fue un gran concierto. Las piernas temblando, el corazón dando saltos y el rubor en las mejillas fueron la prueba. O que le pregunten a la chiquilla a la izquierda de Núria, que se pasó el concierto llorando, qué bonica. 

Me iba al Eaux Claires ya. ¿Alguien?

*Mat y el Barón son la misma persona. 
**Sí, lo de epifánica me lo he inventado. 

El setlist.

Don’t swallow the cap
I should live in Salt
Bloodbuzz Ohio
Sea of love
Afraid of everyone
Squalor Victoria
I need my girl
This is the last time
Abel
Slow show
Apartment Story
Pink rabbits
England
Graceless
Fake empire
Mr. November
Terrible Love

2 comentarios:

el inquilino gruñonista dijo...

Ni la teva devoció pot amagar una perillosa tendència funcionarial dels concerts de The National. Una aturada a temps és una victòria.

Gwen Stacy dijo...

No volia amagar-ho, potser tampoc ho he deixat clar, però aquest i el de Santiago tenen tota la pinta de concerts "alimenticis" (que no crec que els facin falta), crec que pocs més en faran fins que treguin el proper disc.
I tot i així, són una de les millors bandes que pots veure en directe.