domingo, 21 de enero de 2007

El prologo de nada

¿Esto no iba a ser un blog de música, noches de fiesta y festivales varios? ¿No íbamos a maldecir al DiR por poner un gimnasio donde todos nosotros y tantos otros hicimos ejercicios cardiovasculares menos saludables físicamente por ir acompañados de alcohol, pitis, etc, pero tan necesarios para la salud del alma? ¿No íbamos a recoger firmas para cuando los futuros vecinos del apolo las recojan para cerrarlo, impedirlo con las nuestras?
En fin, todo llegará, ¿no? Así, de buenas a primeras, siguiendo nuestra línea habitual de chat, uno escribe, otra contesta, un tercero rebate, y unos cuantos leen o borran directamente, debo hacer mis puntualizaciones a los comentarios del amigo scout.
Cimentamos nuestra vida en valores, no porque creamos en la estabilidad de estos, sinó para que estos valores nos den estabilidad, porque hay que agarrarse a algo. La vida no tiene sentido, ninguno, más que el de perpetuar los genes (los filipinos lo hacen muy bien, ¿no?) Pero ya que estamos, ya que el partido está perdido, lo importante es pasarlo bien. Estos valores son un punto de partida, pero no son inmutables, o no deberían serlo. Precisamente porque son opiniones, y un día llega alguien que te las presenta de otro modo que te convence, y las aceptas, o las adaptas, aunque siempre, por supuesto, sin tomarte nada muy en serio. Y menos lo que digamos nosotros, en esta creación alcohólica y recreación resacosa. Nosotros, que nos tomamos tan poco en serio.

1 comentario:

El inquilino comunista dijo...

El prólogo de nada es mejor que el epílogo de todo,pq mientras intentamos ponernos de acuerdo sobre el significado objetivo de las cosas,la gran mentira que es BCN y sus noches de moderneo van minando nuestras ya limitadas aspiraciones vitales,de manera que sólo podemos concluir : "no me fío de mi cerebro"