sábado, 4 de junio de 2016

Primavera Sound, viernes sosaina

Día raro, sosaina, el de ayer. Quedarte sin siesta por escribir la entrada del jueves pero sobre todo por querer ir a ver a Bradford Cox, que hacía algo en el Beach Club a las 18, y no llegaba, pero en el tuit de la organización entendí que llegaba tarde. También para conseguir pase a Lush en el Hidden Stage. Pero no, por lo visto sold out en veinte minutos a la que se abrió el recinto. ¿Lush en veinte minutos? ¿En serio? Esto cuando no había guiris no pasaba. Claro, no tienen otra cosa que hacer, es dedicación al festival full-time, y además las cuatro ya es media tarde para ellos. 

Al menos vimos eso del Beach Club. Muy cuco, es lo que le faltaba al Primavera, el ambiente playero del FIB, pero eso tiene unas contrapartidas importantes: la concentración de mamarrachos/as festivaleros/as es alta. En fin, visto, no vuelvo. 

Tenía cosas marcadas en mi excel, pero el único grupo a fuego era The Avalanches, luego hablo de eso. 

Probamos con Alex G, en disco me había gustado, por algo lo tenía marcado, pero aquello era una cacofonía sincopada y arrítimica que no había quien aguantara. Fuera. Al lado está Moses Sumney, solo frente al peligro y emocionado de estar en allí. Propuesta delicada pero que no consigue que no nos dejemos convencer de ir a mordor a Titus Andronicus. Vemos tres o cuatro canciones, llegar cuesta un rato. Bien, músculo guitarrero y una canción que parece una jota aragonesa. Pasamos de Savages, las vi en el BIME y ni fu ni fa, y pasarme ya la vida en mordor no me apetecía, así que a Steve Gunn. A mí me gustó y creo que me hubiera gustado más si lo hubiera escuchado antes. 

Dispersión. Unos ya van a Beirut, otros se quedan en Noa y yo me quedo en los aledaños esperando a una amiga que aún no he visto.  Nao bien pero no es lo mío, para nada. 
Saludo a mi amiga, hablamos un rato, y me voy al destierro otra vez. Cuando llego a Beirut llevarán una o dos canciones y en una o dos más admito que nunca me han gustado mucho. Nunca he escuchado un disco entero suyo, nunca he prestado mucha atención a sus conciertos. Los vi en 2007 sentada en las gradas, probablemente cenando y hablando. En 2012 estábamos ocupados buscando a Matías. Que no. Aprovecho para cenar, ir al baño, pillar una cerveza, y antes de que acabe intentamos la aproximación a Radiohead. Hay tanta gente que no veo ni las pantallas. Empieza con cuatro canciones delicadas, la segunda es Daydreaming, canción nueva que es la culpable de que esté allí y no viendo a Dinosaur Jr y Tortoise. Salvo unos a los que mando callar con tres sshhhhtttt, la gente guarda silencio. Precioso pero demasiado frágil para un descampado abarrotado. Por suerte para todos, en la quinta ya mete un poco de caña. Van alternando delicadeza y tralla, eso cuando ambas no se conjugan en una canción. Como me quedé en The Bends, y OK Computer no me flipó como a media generación de coetáneos, las canciones que podía reconocer son bien pocas: Karma Police, Paranoid Android y Creep, claro, que veo por ahí que no estaba en el “printed setlist”. Se me hizo largo, fueron dos horas, pero no me arrepiento de mi elección. Fue bonito, aunque decir bonito probablemente se quede muy corto para algunos y sea síntoma de que mejor habérselo ahorrado para otros. Al fin había visto un concierto entero y que me gustaba en la jornada de ayer. 

Lo vi con Alberto y Anna, el resto o bien ni habían venido o bien habían huido a la cuarta canción. Esperamos a que despejara, que costó lo suyo, y nos fuimos a buscar algo de beber. Algo con alto contenido alcohólico, concretamente. Nos pudimos sentar cómodamente, no en el suelo, y no voy a desvelar el sitio por si quiero ir a sentarme hoy, y vimos The Last Shadow Puppets en las pantallas. Un rato. Después de unos estiramientos nos acercamos, y por mucho cuarteto de cuerda y mucho vozarrón que tengan y que sí, que alguna canción que parece de banda sonora de película del oeste está guay, nos fuimos a ver un grupo experimental polaco al NightPro, no digo más. 

Sacó el excel ya con un poco de desesperación, porque falta mucho hasta Avalanches y veo Kiasmos, y allá que vamos, y gusta más a A&A que a mí, pero también vienen boyscout con su girlscout, y la gente lo flipa con ellos pero a mí me parece una electrónica muy plana. Qué sabré yo de electrónica. 

Bueno, pues son las 02:50 y empiezan The Avalanches, y avalanchas hay por los laterales y las gradas del Ray-Ban, ¿la gente no tiene casa o qué? ¿No se habían ido todos después de Radiohead? Pues no. A parir. Nos quedamos en el lateral izquierdo y se oye como el culo. Vuelve la cantinela de cada año de que esto en el FIB no pasaba. Y mientras no resuelvan las deficiencias de sonido, lo seguiremos diciendo. Gastad más pasta en sonido, leñe. Los bafles B&W esos de la playa, a los escenarios buenos. Entre que no se oye bien, el cansancio, el frío, los güiscolas que no han hecho el efecto esperado, cuando me dicen nos vamos digo me voy. 

Son las 03:30 cuando enfilo la salida del Fòrum. Sólo recuerdo otra vez de no haber esperado al metro, hace tres o cuatro años, que me fui a las cuatro. Ha caído un mito. 


PD: no hay fotos porque no saqué fotos.

No hay comentarios: