sábado, 24 de septiembre de 2011

Los coyotes en el bosque

Llegar al fòrum a las diez y veinte y que no hubiera nadie nos alegró la noche. Claro, se habían llevado melendis, franpereas y sorayas a la avenida María Cristina. Qué paz.

Una pequeña multitud seguía el final del primer concierto en el escenario BAM. Explanada vacía, barras y casetas de tiquets desiertas. Filas interminables de policlines hasta donde alcanzaba la vista. Extraordinario.

Compramos tíquets y pedimos la primera cerveza, esa que sabe tan bien y nos bajamos corriendo al escenario Música Mercè, el de las gradas, donde Tachenko, nuestro objetivo, empezaban su actuación. Centenar de personas entregadas. Luego se fue llenando algo más.

Los Tachenko en plena forma, repasaron muchas canciones de sus últimos disco y ep. Y las antiguas, claro. "Hacia el huracán" dedicada al bajista, que se casa, o eso me pareció entender. Sergio Vinadé presentó "Robar y compartir" confesando que era una de sus tres canciones favoritas de Tachenko. Tocaron "Amable" y me gustó como nunca, ayer sonó preciosa, que lo es. Acabaron con la versión que han hecho del "Mediterráneo" de Serrat, admirable, y aunque como dijo Vinadé, "después de esto, ¿qué tocas?" consiguieron cerrar un concierto redondo, con bises de lujo: "Compañeros del metal", "El tiempo en los Urales" y la última no la recuerdo, no lo apunté. ¿"El mundo se acaba"?

No se acabó, ni cayó el satélite sobre nosotros. Lo que cayó fue la potencia rítmica de El Columpio Asesino. Se marcaron un conciertazo enérgico y bailón que subió las pulsaciones. Gustó a los que no los conocían y a los que nos habían dicho que el último disco era una castaña. Pues no sé, pero en directo siguen siendo muy buenos. Aunque hace años que descartaran la txalaparta. Nos hicieron bailar toda la noche.

Después empezaron las deserciones. La verdad que aguntar hasta Lori Meyers ¡a las tres! solo a base de una electrónica aburrida y unos Sidonie cansinos fue épico. Lo de Sidonie hace tiempo que dejé de entenderlo. Como reivindicadores de la psicodelia sesentera tenían su gracia. Pero cuando una canción empieza diciendo "vamos por el bosque, se han reunido los coyotes", apaga y vámonos.

Quedaba media hora, que usamos enterita para conseguir las últimas consumiciones.

Y Lori Meyers. Salieron trajeados y con un pelazo que quiero que me digan ya que sérum anti-encrespamiento usan. Buenos, rodados, compactos y compenetrados en los coros, pero me quedé en el Cronolánea, y solo con dos de sus canciones, "Luciérnagas y mariposas" y "Luces de neón".

Así que cuando sonaban las de Hostal Pimodán o sobre todo, Viaje de Estudios, lo dábamos todo en el karaoke (cómo les gusta el karaoke...) mientras las niñas que enloquecían en las nuevas, callaban. Estábamos desafasados. Y así seguirá, me temo. Tras hora de concierto se retiraron y a ver, que alguien les diga a las nuevas generaciones que si quieren bises hay que aplaudir, gritar y silbar un poco. Los puretillas no vamos a estar ahí siempre dando palmas y excusas para que puedan volver a salir, y Noni bajar al público en la última, "Alta fidelidad" y subir con la camisa desabrochada, y acabar quitándosela para delirio de veinteañeras en pantaloncito corto.

Desbandada en masa, al salir nos dimos de bruces con la realidad botellonera del fòrum. Todos los que habían traído las copas de casa se las tuvieron que tomar en la explanada de acceso y aquello parecía Beirut. Cuando un gilipollas estampó una botella de xibeca contra el suelo, aceleré el paso. Aun y así, una gran noche. Inesperadamente.

3 comentarios:

Anna Blume dijo...

Les coses bones inesperades són les millors:-)

Joyote dijo...

aunque llevo un finde bastante girao y de lado oscuro fue una noche muy guapa y unos conciertos excepcionales, incluso sidonie tocó varias de las buenos.

Me faltaron amigos, pero la edad es lo que tiene. Que cada vez es mas difícil juntarnos todos.

J dijo...

Per cert, el post es molt bo, pero e títol es insuperable. Com he rigut