lunes, 11 de julio de 2011

De sincronías y piononos

No todas las casualidades, causalidades o sincronías te van a llevar a conocer al amor de tu vida, aceptar el trabajo correcto o evitar morir aplastada por una maceta.
A veces se suceden tres o cuatro hechos, a los que evidentemente sólo tú encuentras relación, y todo lo que consigues es comerte un postre malo.

El jueves leo un comentario en la red que me recuerda que debo comprar el libro de Nando Cruz Una semana en el motor de un autobús. La historia del disco que casi acaba con Los Planetas. Digo "debo" no porque sea un mandato judicial para todo buen fan obsesivo de los Planetas, que quizás, si no porque quiero comprarlo.
El viernes por la tarde, después de tomar un capuccino helado que está templado, dejo que mi amigo vaya a la cita con su novia y yo, pasando delante de una libreria de vuelta a casa, entro a curiosear. Salgo con dos títulos de Steinbeck (reediciones en bolsillo lindísimas), un blackiebook, y sí, después de pedirlo, el de Los Planetas.

Hasta aquí, nada raro.

Sábado tarde, he quedado otra vez con el amigo del viernes y mientras le espero en el portal de su casa, de la lavandería que hay enfrente sale una chica, le espera el novio macarra hablando por el móvil delante de un coche diminuto. Al poco sale un empleado de la lavandería con algo en la mano y llamándola por el nombre que no recuerdo le grita "¡que te dejas tu pionono!". Recoge el paquetito de plástico el novio pegado al móvil, le cuesta menos salir del coche que a ella. Aun de lejos y con mi poca vista, reconozco el cilindro pequeño color crema.
Y recuerdo que los piononos son típicos de Granada, y que el par de veces que los he comido me han encantado.

Por la noche, cenando en un restaurante que no conocía del Raval, de preciosa puerta, la carta de postres tiene piononos. Vale, lo he pillado. Los pido. Por mucho que alguno se empeñe en que será un cannolo, yo espero mis piononos. Ni uno ni otro. Sirven dos trozos de una especie de brazo de gitano que podrían estar buenos pese a no ser lo esperado, pero ni eso.

La secuencia de coincidencias me falló. Y no, no nos encontramos a J de copas por el Raval.






3 comentarios:

Yo estuve allí dijo...

Uy, el pionono granaíno tiene un parecido sospechoso al baba napolitano!

Gwen Stacy dijo...

Y la pizza con la coca de recapte, y los "almendratti" o como quiera que les llamen, que ni idea, con los carquinyoli... En cuestión de repostería y horneado hay recetas que se parecen mucho en todas partes.

Walkiria Desbocada dijo...

Me encanta la palabra, pionono, como suena...