domingo, 24 de abril de 2011

Todo pasó como en un sueño

Todo pasó como en un sueño. Uno de aquellos en que te encuentras en un lugar extraño con un montón de gente que forma parte de tu vida y que provienen de diferentes sitios y ambientes. Y lo vives con total naturalidad, hasta que te despiertas y lo recuerdas.

El último adiós a Mar, fue algo parecido. Lleno de esas personas que te han acompañado por el camino en esta aventura que decidimos vivir para defender el planeta.

Difícil hablar, no había nada de que hablar. Solo abrazarse y besarse y contener las lágrimas al mismo tiempo.

Sonaron las poleas y apareció el cuerpo. El cura nos habló de dios en mayúsculas y nosotros pensamos que ojalá. Seguimos la liturgia de levantarnos y sentarnos en silencio sin cantar ni rezar –grinpiceros descreidos- un silencio que hacía temblar la sala. Un silencio que honra a sus muertos por encima de las palabras vacías millones de veces repetidas.

Oímos a Siscu, con entereza pese a todo, con fuerza, nos cantó la nana del lobo bueno de Goytisolo. José Agustín, que también nos dejó demasiado pronto. Oímos a su hermana que con alegría afirmaba que su hermana estaba en el cielo, y miramos por la ventana para hacernos una idea de cómo sería un cielo para ella.

Todo acabó muy deprisa. Nos dijo el padre que podíamos ir en paz y las poleas volvieron a sonar. Nosotros sin embargo queríamos que continuara, que no parara jamás aquel acto de despedida.

Nos quedamos paralizados, esperando que saliera todo el mundo, negándonos a salir a la realidad cotidiana, al día a día aséptico.

Y salimos a un día precioso en medio del parque, de nuestra amada naturaleza. Con cara de tontos esperando que pasara algo. Queriendo hablar de algo que nos consolara. Surgieron conversaciones, recuerdos, hablamos de nuestras vidas. Cambiar de tema también ayuda a desanudar la angustia.

Pude al menos abrazar a Siscu, a todos sus amigos. Fue importante para mí.

Luego pagué el parking, hice una llamada de trabajo, nos montamos en el coche y fuimos bajando por las curvas de la carretera, despacio, muy despacio, sin prisa alguna.

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