domingo, 25 de marzo de 2007

París (2ª parte)













Sábado:
Nos levantamos prontito y nos vamos directos al cementerio Pere Lachaise, lugar conocido –no nos engañemos a Chopin ya no lo conoce nadie- porque allí está enterrado Jim Morrison.

Visitamos la tumbas de Oscar Wilde, Chopin, Modigliani, Proust, Marie Trintignant, martires de infinitas guerras y como no, Jim Morrison. La tumba la han vallado y es difícil dejar mensajes, fotos, flores que era lo que la daba esplendor en el pasado.

Destacamos la firma de Enrique del Pozo en la tumba de Wilde con el mensaje “all spain now is free love”. Patético cocoguagua.

Nos vamos al Museo Picasso, con muchas expectativas. La cosa resulta ser bastante decepcionante. Tiene dimensiones parecidas al de Barcelona. Los que más nos han gustado han sido los de la última época de Barcelona y primera de París, en otras palabras los que menos se conocen de Picasso. Recomendamos “Paisaje con dos figuras” pintado el 1908.

El barrio del museo es de lo mas chic, lleno de tiendas de moda y gente fashion en bicicleta. Las calles son estrechas y están atestadas de gente de compras o simplemente de paseo. Nos hacemos los chulos y nos sentamos en una terratiza a tomar un capuchino. La broma nos sale por 11 euros.

Tras la siesta quedamos con mis amigos Alex y Ana que acaban de trasladarse a Paris. Nos encontramos en Place d’Italie, una zona que desconozco. Nos llevan por aquella zona y la verdad es que tiene un encanto de pueblo, con casitas y farolas que apenas alumbran su propia sombra.

Tomamos una copa en un bar lleno de gente rollito bohemio-altermundista. En cualquier caso agradable y con bebida a precios asequibles. Visitamos también un bar vasco francés donde nos aborda un paisano que nos oye hablar en castellano. Se enrolla un poco y le seguimos el juego.

En el barrio hay una exposición de un artista que ha llenado las paredes de unos grafittis con frases lapidarias. La exposición supongo que tiene el beniplacito de las autoridades y de los dueños de las paredes. Buena iniciativa.

Vamos a cenar a un restaurante típico con un maître muy simpático que nos sorprende con un correcto español. Creo que estaba en la calle "rue de la butte aux cailles". Hablamos de los retos que se les presentan a nuestros amigos en esta nueva aventura en París. También volvemos a plantear teorías –como en todos nuestros encuentros- sobre como salvar el mundo. Al fin y al cabo, quine no ha querido cambiar el mundo en un restaurante de París.

Nos vamos a dormir. Buena suerte amigos.

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