sábado, 5 de octubre de 2013

Eleanor Friedberger



A veces cazas al vuelo una recomendación musical y la fortuna quiere que tengas el tiempo de indagar un poco, escuchar al artista y que te guste. Cuántos nombres he oído por ahí, llevo oyendo por ahí años, y nunca he escuchado un tema. 
A veces pienso que si no los he escuchado es porque no me gustarán. Autoengaño. Tengo pruebas de que eso no es así, lo que pasa es que nunca es tarde si la dicha es buena. Casi nunca. 

A Eleanor Friedberger llego tarde, qué raro. Esta chica, de la edad de mi hermano pequeño, tenía con el suyo, mayor que ella, The Fiery Furnaces, a los que sí llego tarde. Típica banda de la que he leído cosas y nunca me paré a escuchar, que es lo que hay que hacer. Los estoy escuchando ahora y me gustan, mierda. Igual ya no los veo nunca en directo. Pude hacerlo, en el PS2011, tocaron el viernes a las 19:00 en el escenario Llevant a.k.a Mini a.k.a Mordor, pero por vagancia locomotriz vi a Tennis en el ATP

Bueno, al grano. 

Eleanor venía a presentar su segundo álbum, Personal Record, en una gira organizada por Houston Party (algún día os contaré por qué me gusta tanto este sello-promotora), en un concierto conjunto con Bill Ryder-Jones, al que finalmente se sumó Big Summer, que no vimos. 

Bill Ryder-Jones también tenía una banda, The Coral, y ahora va a lo suyo, que son canciones de autor, con buenas letras y buena melodía, pero más aptas para escuchar desde tu sofá que cambiando el peso de una pierna a otra en la 2. Me habría valido con una silla plegable de ikea en la que despanzurrarnos como él. El chico estuvo simpático, presentando las canciones, pidiendo a los tres músicos que le acompañaban ahora sí, cuatro canciones no, que le sacaran cosas del camerino. Toca bien, solo faltaba, y tiene una voz bonita, pero estuvo bien-sin-más. 

Lo de Eleanor ya fue otra cosa. Vale que había estudiado y podía tararear, ¡incluso reconocer! unas cuantas canciones, ¡saqué la mitad del setlist! Conocer un poco lo que vas a escuchar ayuda, pero cuando hay clase y tablas, que se te metan en el bolsillo es fácil. 
Empezó con I don’t want to bother you, y una Stare at the sun acelerada fue la tercera de la lista, quemando las naves. Se lo podía permitir, en sus dos álbumes junta más buenas canciones que en algunas discografías desbordadas. 
A la Saxofonista, la afortunada que se dejó engañar la noche del miércoles para acompañarme, le recordaba a Patti Smith. A mí su voz me recuerda a otra, si me sale algún día ya os contaré, pero no creo que necesite ni merezca comparaciones. Especialmente en directo. Porque si en disco puede sonar austera, cruda, ponderada, en directo es pura garra. La banda acompaña, y las canciones se les van de las manos, gloriosamente, ya sea a base de acelerones, como la mencionada Stare at the sun, guitarrazos o erizantes filigranas vocales, (Other boys, Echo or encore, ¡ay!) o combinaciones de todos estos elementos. My own world, I’ll never be happy again, When I knew, Heaven, She’s a mirror, Roosevelt Island, qué poderío.  
La sala, medio llena, se fue viniendo arriba y cuando al final de My mistakes Eleanor se puso la americana estampada, se colgó el bolso y dejó a la banda acabar su bucle mientras ella se iba a la mesa de merchandising, no sabíamos si ir al asalto o seguir bailando, ¡quería más! 

Hubo asalto, por supuesto, camiseta y CD, y de bonus track me llevé el cartel del concierto, cortesía de Natalia HoustonParty (agradecimientos también para instagram, que permitió la petición). 

Conciertazo de miércoles. Nueva artista favorita para rato. 

1 comentario:

margarita la saxofonista dijo...

Molt bé! a mi en disc em semblava una mica massa edulcorada, però en directe guanya molt i em recordà la Patti Smith per l'actitud i l'estètica més que no pas per la música.