domingo, 25 de octubre de 2009

An evening with Nick Cave


No soy la más fan de los que fuimos. Seguro que la baronesa, o mylovah Laura o su amigo podrían escribir una crítica musical con más criterio que yo, pero ¿desde cuando he tenido yo criterio, y lo mejor, a quien le importa?

Cuando anunciaron la gira, con Barcelona como única cita española, y la promocionaron como la presentación de su nuevo libro, The death of Bunny Munro, supe que tenía que ir. El precio de las entradas es de chaladura total, pero ya estamos acostumbrados, y además, el Casino de l'Aliança del Poble Nou lo merece, supongo.
Sí, lo merece, qué caray, el sitio le iba que ni pintado.

Nada más entrar, el Garantías. Confirmado, estamos donde hay que estar.
Con diez minutos de cortesía de retraso se apagaron las luces y proyectaron un corto de propaganda, de los años 50, "vendiendo" la profesión de vendedor. Muy apropiado. Bunny Munro es vendedor de cosméticos a domicilio.

Mr Cave salió libro en ristre y nos leyó el primero de tres fragmentos. Uno que cuando leí ya me pareció fantástico, por la velocidad descriptiva que tiene. Leído por él aun ganó más. La alusión a los "hot pants" de Kylie Minogue la pillé en todo su significado ayer, no había caído.
Saludó, explicó que le podíamos preguntar lo que quisiéramos y empezó a sonar la música, que era al fin y al cabo por lo que habíamos ido allí.
Lo bueno de ser un artista de culto respetado es que eso suele ser por algo, y en su caso es porque sus canciones tienen una fuerza desmedida, ya sean suaves melodías al piano como descarnadas y crudas descargas eléctricas. Las letras, qué decir.
Aunque lo conozcas poco, como es mi caso, te atrapa.
Me pasó la primera vez que lo vi, en el FIB'05, por mucho que Rayuelo se exclamara con un "¿esto es Nick Cave? ¡si parece Bisbal!" cuando salió dando brincos al grito de Get ready for love, con las coristas berreando "getreadygetreadygetreadyreaaaaaaaaaaady" en un concierto que está el el top ten de los mejores conciertos de FIBs. En aquella ocasión iba con todos los Bad Seeds (y las coristas), y se marcaron un conciertazo y a mi "There she goes, my beautiful world" me salvó la vida esa noche.

En el concierto de ayer le acompañaban solo dos semillas, pero cuando quisieron hicieron ruido. Aunque yo me quedo con las canciones al piano, suave envoltorio para letras desesperadas.

Lo del público fue un poco cutre. Los que más preguntaban eran ingleses, y las preguntas, bastante insulsas. Además no había micro y la mayor parte de las veces no supe a qué carajo estaba contestando. Eso sí, se lo tomaba con mucha sorna. Como lo de que podíamos pedir canciones, que mientras estuvieran en el set list las tocarían.

El segundo fragmento lo leyó, bien, Àlex Brendemühl, en castellano, claro. Es del capítulo 15, descacharrante. La última lectura, de nuevo Mr. Cave, fue del capítulo 13, y es un trozo especialmente triste que resultó más triste aún oído de sus labios.

Esta tarde me he puesto el cd de "The Lyre of Orpheus". Del doble cd que sacó en 2004 o 2005. Que compré al volver de Benicàssim. Del que escuché mucho "Abbatoir Blues" y muy poco este. Hoy lo he comprendido y disfrutado. Antes mi cabeza no estaba preparada, el click se produjo ayer.

Otro concierto que va a la estantería de los míticos: PJ Harvey ya no está sola.

6 comentarios:

Anna Blume dijo...

No es pot explicar un episodi íntim/col.lectiu amb més passió i contenció, amb més gràcia, distància i veritat...ja ho va dir Joyce: la memòria és inteligència, o sigui que gràcies, Gwen!

Nick Rayo dijo...

Siempre me arrepentí de perderme aquel concierto por ver no se que mierda. Nunca estoy donde se supone que pasa lo bueno. Que se le va a hacer.

Me sumo a las felicitaciones del post. Son de esos que luego te cuesta hacerlos bajar en el blog.

Gwen Stacy dijo...

Rayo, pensaba que era yo la única que siempre se perdía lo bueno por ver a saber qué. Tengo mil ejemplos. Consuelo de tontos.

¡Y gracias por las felicitaciones!

margarita dijo...

Molt bona crònica Gwen, tot i això el preu de les entrades em sembla abussiu i del tot injustificat. Edimburg m'ha semblat una ciutat barata en comparació amb Barcelona, entrar als clubs costava entre 2 i 5 pounds la majoria 3. Els taxis, les pintes i el menjar també més barat, molts concerts gratis i els que eren pagant 17 pounds el més car... ens prenen el pèl i nosaltres ens deixem.

Anna Blume dijo...

Ai Margarita, qué útil aquest post teu, ens deixa al lloc que ens mereixem, aquesta és l'estafa de BCN i el país en general! Gràcies per la informació, més il.lustrativa impossible...

Etternal. dijo...

Buena entrada, vive Dios.
Enhorabuena.
N.