lunes, 31 de agosto de 2009

Vacaciones

La gran preocupación del común de los curritos antes de irse de vacaciones es si va a desconectar. Es la máxima obsesión, y para que no quede incumplida, se la ataca desde varios frentes y con diversas ofensivas.
Muchos se van un mes entero a la otra punta del mundo, a ver naturaleza salvaje y un poco de pobreza, que siempre añade su puntito.
Otros desmigajan las vacaciones y las hacen a saltos: una semanita en el pueblo, otra en una ciudad europea; si la pasta llega, otra al lado del mar.
Cómo no, están los que hacen un mix de ambos. Una semanita en junio en Baleares (es un decir) y dos semanas en agosto en Bolivia (otro decir).
Pocos "malgastan" un solo día en casa, levantándose tarde, saliendo a tomar el aperitivo, echando la siesta y vuelta a la calle en cuanto el sol ha bajado, a disfrutar de las terrazas.
Siempre la obsesión de "aprovechar el tiempo". Como si el tiempo se dejara.
A la vuelta, las preguntas son siempre dos, las mismas: ¿qué tal lo has pasado? y ¿has desconectado? A ambas, invariablemente, el 90% de la población contesta que "muy bien" y "¡claro!". No siempre es así, pero no voy a ser yo el pringado que lo reconozca ante tu cara de relajo y felicidad.
En fin.
Este año, después de dos periodos vacacionales cortos y separados pero que han dado para mucho, hasta para malgastar más de cuatro días vagueando por casa (sí, lo de dormir hasta tarde, salir al aperitivo, siesta, etc.) he llegado a varias conclusiones. La primera me atañe a mí únicamente: como un año haga cuatro semanas de vacaciones, no es que vaya a volver con síndrome post-vacacional. Es que directamente no vuelvo.
Otra es que me parece que hay que tener muchos más cojones para irse aquí al lado (léase Cambrils, Platja d'Aro, Menorca, Puigcerdà o Quintanilla de Onésimo) que para irse a Kazajistán. Porque si te vas a tomar por culo, a ver montañas imponentes y pobres de necesidad, sabes perfectamente que ahí no te vas a quedar, que eso está demasiado lejos de tu realidad mental, más que geográfica.
En cambio, cuando te quedas aquí al lado, ves que la gente se las apaña con poco y que en el fondo, por mucho que envidien tu cochazo, tu iPhone y tus vacaciones en Kazajistán, el resto del año ellos viven cien veces mejor que tú. Hay que tener mucha fuerza de voluntad, o una hipoteca como la catedral de Burgos, para volver, poner al marrón buena cara, y seguir con tu curro gris.
Sí, tengo síndrome post-vacacional, ¿qué pasa?

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Wellcome Gwen, te noto con una escritura agresiva¡¡¡...la depre postvacacional, te ha alcanzado de lleno...a mi me sucedió a mediados de Agosto...ya ni la recuerdo¡¡¡

No te preocupes 2 dias de trabajo y se te quitan todos lo males, pq te vuelven de peores en el currito¡¡

ANIMOOOSSS¡¡

Gwen Stacy dijo...

Ese es el problema, ¡¡¡no quiero currar!!!

Walkiria Desbocada dijo...

ja ja ja ja ja, me encanta Gwen, no se podría describir mejor. Oye? el próximo verano nos vamos a Quintanilla de Onésimo a fardar con nuestós móviles táctiles ;).

ElRancio dijo...

Doncs jo fa escassos 6 dies vaig passar per Quintanilla de Onésimo. No tinc fotos, vale... però és que només vaig passar. Sí que vaig parar a uns 25 km a confraternitzar amb la gent d'un altre poble, i posar-me cec de ribera i xuletes en una bodega dueril, de les d'argila. I també vaig repetir. I..., el que és millor, em va curar el síndrome, és el que té visitar la família de camí a casa. Per si de cas, m'he portat 21 litres de vi. Pa mi solito (quedan 20).

Anónimo dijo...

preberite celoten blog, kar dober