domingo, 12 de diciembre de 2010

bombai es lo que no hay

el aeropuerto de bombai huele a colonia barata, a pasillo de cosméticos del carrefour, un intento desesperado de ocultar otros aromas más terribles. allí espero durante lo que parecen siglos a que aparezca mi maleta, cada dos minutos parpadean los florescentes, saltan los fusibles y se detiene la cinta, unos poco afortunados se lanzan sobre sus pertenencias, el resto rezamos para no tener que usar durante los siguientes días los mismos calzoncillos, parece un milagro cuando veo aparecer mi bolsa por la cinta.
tras un par de controles salgo a la calle donde unas vallas metálicas, varios policías bizarros y un tío con metralleta agazapado detrás de unos sacos de arena, detienen a una muchedumbre desesperada por acercarse al aeropuerto, es como un concierto de shakira pero peor, allí todos somos shakira. entre los fans busco alguien con el cartelito de mi hotel, en ese momento la chuparía por una cama limpia, pero nadie a venido a buscarme, así que me toca buscarme un taxi. intento volver al aeropuerto para cambiar algunos euros pero de allí si sales no entras, las reglas son estrictas, aún así tengo suerte y un militar bigotudo se apiada de mi, de un grito saca a uno de los cambistas y allí mismo me pasa un fajo de billetes con la cara de ghandi. con solo traspasar la valla se me avalanzan un par de indios, uno pilla mi maleta mientras el otro me pide directamente propina, y me conducen hasta un taxi, quieren diez euros, dollares, cualquier moneda les sirve, mi taxista es más rápido y nos alejamos a todo meter entre insultos. en las calles de bombai la muerte circula motorizada, no existen semaforos, ni carriles, ni direcciones, el código circulatorio solo tiene una regla -por mis pelotas-. a los diez minutos estamos perdidos en unas calles que dejarían los peores barrios de hospitalet a la altura de pedralbes, no hay farolas, las casas parecen aguantarse por el tendido electrico y manadas de perros salvajes son los dueños de la noche, yo me agazapo en mi taxi, esperando el momento en el que el taxista se gire y me pida todo lo que tengo encima, y efectivamente el taxi se detiene, se gira el taxista y me confiesa que no tiene ni puta idea de como ir a mi hotel, les llamamos y conseguimos algunas indicaciones, creo que entonces mi corazón vuelve a andar de nuevo.

7 comentarios:

Anna Blume dijo...

Bravo:-)

Gwen Stacy dijo...

¡Vuelve entero!

el inquilino comunista dijo...

tengo miedo!!!!!

Japu dijo...

Me ha recordado los relatos de Cortazar sobre Bombay, pero estos en plan Palaniuk o Houellebecq

El Barón Rampante dijo...

Hostias, reflexión introspectiva sobre: "Las cosas que nunca te dije".

la maca del extrar dijo...

Namaste chico¡¡

Walkiria Desbocada dijo...

¡qué pasada y qué miedo!! te queremos, vuelve a casa por navidad!!!