domingo, 17 de enero de 2010

Rayuela

Estaba con los pocos libros que acabaron en Llesp después de alguno de mis traslados. Que pronto se reunirán con los que se amontonan en mis estanterías hipotecadas.
Al abrirlo vi la dedicatoria y la fecha: me lo habían regalado para mi cumpleaños, en 1995.
Entonces lo leí ordenado, diciéndome que algún día lo haría siguiendo la secuencia marcada. Acababa de terminar El retrato de Dorian Grey y no tenía a mano ninguno de los libros que guardan cola esperando que los vaya leyendo.
Así que quince años más tarde me tienes leyendo Rayuela de nuevo. Preguntándome si entonces entendí todo lo que entiendo ahora, si me fascinaron los mismos pasajes, si tuve la madurez (¿intelectual? ¿vital?) suficiente para comprenderlo. Preguntándome porque este párrafo no quedó grabado a fuego en mi memoria:
Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.
Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y los ojos se agrandan , se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.
Julio Cortázar, Rayuela, capítulo 7.

8 comentarios:

Anna Blume dijo...

"La gente se cree amiga porque coincide algunas horas por semana en un sofá, una película, a veces una cama, o porque le toca hacer el mismo trabajo en la oficina. De muchacho, en el café, cuántas veces la ilusión de la identitad con los camaradas nos hizo felices. Identidad con hombres y mujeres de los que conocíamos apenas una manera de ser, una forma de entregarse, un perfil. Me acuerdo, con una nitidez fuera del tiempo, de los cafés porteños en que por unas horas conseguimos librarnos de la familia y obligacicones, entramos en un territorio de humo y confianza en nosotros y en los amigos, accedimos a algo que nos confortaba en lo precario, nos prometía una especie de inmortalidad. Y ahí, a los veinte años, dijimos nuestra palabra más lúcida, supimos de nuestros afectos más profundos, fuimos como dioses del medio litro de cristal y del cubano seco. Cielito del café, cielito lindo. La calle, después, era como una expulsión, siempre, el ángel con la espada flamígera dirigiendo el tráfico en Corrientes y San Martín. A casa que es tarde, a los expedientes, a la cama conyugal, al té de tilo para la vieja, al examen de pasado mañana, a la novia ridícula que lee a Vicki Baum y con la que nos casaremos, no hay remedio."

Cap. 78 - Rayuela - Julio Cortázar

margarita la saxofonista dijo...

Entrada al blog de l'11 de juny 2007:

http://intersimbolico.blogspot.com/2007/06/descripcin-del-beso.html

I encara està pendent el viatge a París.

Gwen Stacy dijo...

Margarita, n'era conscient, però ha estat només ara (fa uns dies), quan l'he tornat a llegir resseguint la novela, que m'ha deixat sense esma, i m'he mort d'enveja, primer perquè m'agradaria que algún m'escriguès això i segon, perquè m'agradaria escriure-ho a mi!

París segueix pendent, però això és bó, si tens coses per fer no et pots pas morir, que diu mon pare.
Ara centrat en una altra entrada del juliol 07, premonitòria! :-P
http://intersimbolico.blogspot.com/2007/07/aprende-patinar.html

Anna Blume dijo...

Yo hice parte de la ruta Rayuela-Paris el pasado otoño, incluida la tumba de Cortazar, preciosa por cierto...os la recomiendo! ;-)

cafeína dijo...

Buscaré el llibre i tornaré a començar-lo (un cop més...), a veure si aquest cop ho aconsegueixo, jejeje! Encara que no recordo si l'últim cop vaig començar lectura linial o saltant. I hem d'anar a París!!!

El Barón Rampante dijo...

Me he puesto cariñoso con el post. :)

:) dijo...

Yo tmb...

Yo mismo dijo...

Yo con TMB no me pongo cariñoso.

Rayuela tiene tanto lo mejor como lo peor de Cortazar. Es un experimento que a veces sale bien y otras no. En cualquier caso es un libro que al menos 2 veces en la vida lo debes leer. Pero tienes que encontrar esos momentos vitales para hacerlo. Me pasa lo mismo con los autores rusos.

Yo tb me acordé de Cortazar cuando estuve en B.Aires. Me apunto a lo de París.