viernes, 30 de mayo de 2008

Primavera Sound: jueves

El primer día dio mucho de si.
Llegué la primera y me fui directa a Tachenko, que habían empezado con tres personas de público porque arriba aun no dejaban pasar. Sonaron muy bien, aunque a veces las canciones se las llevara la ventolera que soplaba en el nuevo escenario, pegado al agua bajo la fotovoltaica. Grandes. Y simpáticos.
A las siete ya estábamos casi todos y con las colas de cada año para los tickets ya sólo pudimos llegar a MGMT justo antes de que empezaran. Los presagios de Walkiria (de directo malo, fundadas en youtubes) no se cumplieron. Tocaban bastante bien, aunque con los bajos muy altos. Dejaron Time to pretend para el casi final y Kids para un amago de bis (nota para los integrantes del grupo: chicos, en los festivales no hay bises, si os querías hacer los interesantes, no coló). La nota la puso (aparte del atuendo del cantante, claro) un niño dando saltos en el escenario, con cinta al pelo y wayfarer a los ojos.



Esperamos a The Notwist, que no lo hacían mal pero no captaron nuestra atención, y tras cuatro canciones volvimos al escenario de la fotovoltaica, pues yo había leído a saber dónde que había que ver a Health. Verlos sí, porque el japo que básicamente aporreaba el suelo y se movía como un demente estaba bueno de verdad (y lo puedo asegurar porque le vi de cerca: me los crucé cuando iba a Tachenko, aunque entonces sólo adiviné que eran un grupo, por las pintas, pero no cual) pero oírlos era ponerle ganas, una cosa harcoreta distorsionada que no iba a ningún sitio. Pero nos quedamos porque luego ya venían British Sea Power.


Desde ayer tienen una fan rendida a sus pies. Si en disco ya me parecían buenos, el directo fue impecable, elegante y contundente. Empezaron con Atom Core, sin duda mi favorita del último álbum, y sonaron, cómo no, Waving Flags y No Lucifer. Entre los que no les conocían también hicieron afición. Necesitaba ver un grupo británico tocando pop, que el ñigo-ñigo-yeah-yeah-yeah cansa. Conciertazo. Yo ya me podía ir a casa.
Pero claro, luego era el turno de Portishead. La verdad es que no les presté la atención que merecían, pero fue un conciertazo. Tan conciertazo que Cafeína y yo intentaremos conseguir tickets para verles hoy en el auditori.
Después un poquito de Explosions in the sky (¿quien coño los programó a esas horas?), un bastante de marear la perdiz dando vueltas y a la fotovoltaica de nuevo, a Vampire Weekend.
Unas confesiones de crónica rosa hicieron que el concierto fuera más banda sonora que otra cosa, y es una pena, porque me gustaba lo que oía. Otra vez será.
Cuando acabaron, a dar saltos con Midnight Juggernauts hasta que empezara Graham.
Graham, corazón, ¿por que no pones lo mismo los sábados en apolo? Nos hiciste bailar de verdad. Los tres cuartos que pinchaste supieron a muy poco.
Frase de la noche: "Los ingenieros es lo que tenemos, que nos tiramos pedos".
Momento fan: yo acosando a Carlos Faraday repitiéndole como un mantra "recuerda este nombre Folke Folke Folke Folke Folke" después de que David me confirmara que les había pasado la info.
En un rato, más.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

buena crónica gwen!!! a ver quién se atreve a hacer la de ayer, y no os acercasteis a ver a "the sonics"? a mi me hubiera hecho gracia verlos.

Gwen Stacy dijo...

Vaya si nos acercamos a the Sonics!!! Fue ahí donde te echamos de menos!
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Anónimo dijo...

pues sí que la echamos de menos,sí...