Desde siempre he sido muy sensible a cualquier tipo de alteración horaria, tú llámalo jetlag, llámalo como te de la santa gana, y como tengo otras teorías acerca de múltiples estupideces también tengo una para todo esto, la causa está en un aparato digestivo increíblemente sensible a cualquier tipo de alteración externa, mi digestión es un proceso que funciona a base de casualidades temporales que una vez alteradas echan por tierra todo lo demás, sea lo que sea lo que este intententando explicar con esto. Incluso los cambios horarios estacionales, esos que sirven para ahorrar millones en consumo energético pero que no tienen en cuenta el despilfarro generado por el ajuste de relojes, me causan mareos y alteraciones extrañas en los ciclos del apetito.
Así con todo esto ya os podéis imaginar los cataclismicos efectos que sobre mi organismo puede tener un viaje transcontinental, mi cuerpo queda durante varios días, que pueden ser semanas, atrapado en una especie de tierra de nadie, como cuando después de subir a la montaña rusa sigues sintiendo ese vértigo en los tobillos, algo así pero a lo bestia. Muy parecido a lo que Iker Jimenez definiría como viaje astral, una extraña sensación en la que mi conciencia parece haber quedado retrasada varias horas en el tiempo y ya solo le es posible recibir desde la distancia una imagen muy borrosa del cuerpo. Así, mi única solución ahora mismo es retrasar el ritmo de mi cuerpo o acelerar el de mi conciencia y esperar que pronto vuelvan a encontrarse, si es que alguna vez han estado juntos, cosa que permitidme que dude.
3 comentarios:
Bienvenido!!! Vaya con la adaptación horaria y demás espero que para mañana ya estés un poquito mejor y listo para una nueva fiesta y nos cuentes que tal tú aventura de procesión por la gran manzana.
Pues el sábado cambiamos la hora... jajaja
A mí me encantan estos cambios horarios: ahora, por lo pronto, anochecerá pasadas las 8 de la tarda (yuhuuu) y amanecerá a partir de las 7.30-8 de la mañana, que el otro día llegué a casa a las 6.30 y ya clareaba!!!
Si lo que me extraña es que con ese cuerpecillo hayas pasado la adolescencia y las paperas.
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