He empezado dando cabezazos y he acabado echándome una siestecita de quince minutos mientras atendía (es un decir, claro) a una formación por teleconferencia.
Hasta aquí, tampoco es nada del otro mundo, miles de personas están haciendo lo mismo en este momento (dormirse mientras intentan seguir charlas soporíferas).
El mérito es haberlo hecho apoyada en el brazo que sujetaba el teléfono contra mi oreja, y que éste no haya acabado por el suelo.
... mmm que gustico las siestas en verano...
1 comentario:
Así me gusta con "pfesionalidad"!!!! desde fuera seguro que parecía que estabas muy atenta a lo que te decían!! ja ja ja
Publicar un comentario