sábado, 24 de marzo de 2007
Marte
El alba de Marte fue tranquila, tan tranquila como un pozo fresco y negro, con estrellas que brillaban en las aguas de los canales, y respirando en todos los cuartos, niños que dormían encogidos con arañas en las manos cerradas, y amantes abrazados, y un cielo sin lunas, y antorchas frías, y desiertos anfiteatros de piedra.
Solo rompió el silencio, poco antes de amanecer, un sereno que caminaba por la calle distante, solitaria y oscura, entonando una canción muy extraña:
She walks in beauty, like the night
Of cloudless climes and starry skies
And all that's best of dark and bright
Meet in her aspect and her eyes
Ray Bradbury - Crónicas Marcianas
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