El fin de semana fue largo e intenso y pasaron muchas cosas, pero el sábado en el BIME solo pasó una: asistí al mejor concierto de The National de los seis siete que he presenciado. Lo intuí, que era el mejor, mientras estaba pasando; lo supe cuando acabó; y lo llevo confirmando desde que me levanté ayer, y ya ha pasado más de un día y medio desde eso.
Sacrifiqué a Mogwai para coger sitio tan pronto terminó el concierto de The Kooks y hubimos hecho las paradas técnicas pertinentes. A más de una hora del inicio del concierto la primera, segunda y tercera fila ya estaban pilladas, pero la cuarta, frente al micrófono de Bryce Dessner, era nuestra. La espera se hizo más amena cuando salió Bryan Devendorf a afinar la batería, o calentar brazos, lo que fuera que hiciese le llevó un rato.
A media hora del concierto la masa de gente detrás nuestro era ya considerable, menos mal que habíamos desistido de “un par de Mogwai y vamos a pillar sitio”. Un cuarto de hora antes yo creo que ya estábamos todos.
Salieron puntuales con Riders on the storm sonando de fondo y empezaron con Don’t swallow the cap. Efectivamente, tenía a Bryce a ¿qué? ¿cinco metros? Las chicas se reían de mí porque el que me gusta más es Aaron, pero ponerse a la izquierda fue una decisión táctica: la gente vendría del concierto de Mogwai por la derecha y allí habría más empujones y apretones, iones, eones, ones de gent.
No sé si fue el hecho de estar tan cerca, poder ver sus sonrisas, los gestos cómplices entre ellos, distinguir quién hacía el punteo con la guitarra y cuántos hacían coros en cada canción. O la gente que nos rodeaba, que salvo algún momento de mar de pantallas, estaba entregada, atenta y disfrutando como nosotras. O probablemente, que ellos estaban felices. Y que tocaron un repertorio casi perfecto, pese a las limitaciones temporales de un festival y alguna ausencia dolorosa.
Las nueve primeras, de Trouble will find me y High Violet (de un total de siete de cada álbum). Empezaron con Don’t swallow the cap y I should live in Salt, creo que como en toda la gira, Sorrow y en Bloodbuzz Ohio y Sea of Love yo ya cabeceaba y daba algún salto. Volvió la calma con Afraid of Everyone, Conversation 16 y I need my girl, canción rebonica en la que Bryce usó dos guitarras, una de forma convencional y otra agitándola arriba y abajo y ahora la apoyo en un ampli y luego le doy vueltas para crear una distorsión sutil (si no fue en esta canción, corregidme).
En Ada Matt agradeció a Sufjan los servicios prestados cuando grabaron Boxer y la sección de vientos entonó la fanfarria de Chicago y a mí se me fue el canturreo al “you came to take us, all things go, all things go”. Ada fue la primera canción de más de cuatro años y le siguió Apartment Story que tras este concierto es más favorita si cabe, ese estribillo, “so worry not, all things are well, we'll be alright, we have our looks and perfume”, I’ll be alright. Ahora sé, con el setlist delante, que ya habían transcurrido dos tercios de concierto cuando después de Pink Rabbits atacaron England y Graceless, y di más saltos que nadie porque casi nadie salta en sus canciones y porque por un momento creí que sonaría Abel y nadie salta más alto que yo en Abel, que no la tocaron y se lo perdono, que es mucho perdonar, porque ese final fue épico. England y Graceless saltando, en About today descansando para la tormenta final, Aaron cambiándose de sitio con Bryce para tocar Fake Empire y que yo le hiciera un book,
Mr. November y las apuestas a que se tiraba por la izquierda pagándose baratas, ya se había amorrado a los bafles antes, tanteando, pero no se tiró, esperó a Terrible Love y alehop, ya me he tirado, por la izquierda, y mi círculo de dos palmos de diámetro de espacio vital a tomar viento. Salté, me dejé llevar, intenté no perder de vista a al menos un conocido, Nu y Lau siempre a tiro, y no empujéis, un pie atrás haciendo palanca, mi cuerpo inclinándose peligrosamente a un lado y otro y el pie que se quiere mover no tiene hueco para hacerlo, y ahora que puedo doy un salto y veo que Matt está a un metro, pero hay diez personas entre él y yo, y una es mi Mat, que no es mío, es de Lou, que también anda por allí, agarrando al Matt que no es suyo, mientras Mat se hace una foto con la melena de Matt y yo estiro el brazo pero me olvido de estirar la mano y no llego a tocarle la melena sudorosa a Matt y la marabunta que me lo ha acercado vuelve a llevárselo y el cable del micro se habrá enredado porque por más que lo pasamos no da de sí, está tan tirante que amenaza romperse, que poco importaría, la canción la están cantando Aaron y compañía sobre el escenario, y no puedo mirarles como suelo porque me va la vida en ello. No hay mal, ni bien, que cien años dure, y aquella locura que en Madrid esquivé y en París no fue, acabó con Matt otra vez arriba sonriendo y el grupo al borde del escenario cantando Vanderlyle Crybaby Geeks y todos cantándola más alto que ellos y yo sin creerme que aquello se acababa allí.
Las piernas me temblaban como me habían temblado de emoción en algunas canciones. Tenía las pulsaciones a cien, y no solo por la adrenalina del momento Matt-in-the-crowd. Lau metió enseguida el concierto en su topten; yo, tras sopesar pros y contras, al uno. En calidad musical probablemente el mejor sea París, pero en emoción y felicidad compartida por grupo y público, sin duda este se lleva la palma.
Maldigo unas cocochas al pil-pil que dejaron fuera de juego al de entrecopas y su chispitica, maldigo un viaje a California y la testarudez del Inquilino en caso de que esa excusa le hubiera fallado y ni él ni Cafeína hubieran venido igualmente, y maldigo una mudanza y otras excusas peregrinas que dejaron fuera de juego a Walquiria. Hubierais disfrutado tanto.
Lo de coincidir en el aeropuerto con Bryce y su novia o esposa daría para un relato corto si me pongo a ello pero lo resumiré en un “Matías es un crack”. Bueno, es demasiado resumir, no es mi estilo. Cabía la posibilidad de que volaran ese día a casa porque la gira para hasta el 26 de noviembre, pero en el embarque de Frankfurt no estaban. Mat fue a sacar pasta con los ojos bien abiertos, por si acaso y pilló a Bryce pasando el control, nos llamó, fuimos Lou, Nu y yo a la carrera, nos quedamos paradas, al acecho, él nos vio, Matías se dirigió a él amablemente, le dijimos conciertazo, él dijo are you Spanish?, Mat dijo we’ve toured the world to see you (la exageración ha sido siempre lo suyo, por mucho que sea la tercera vez que hago kilómetros para verles), yo dije best show of the six seven I’ve seen, I don’t know why, y la novia dijo foto y la hizo y yo le dije “you made my day” a Bryce y él dijo thank you.
Fin.
8 comentarios:
No pateixis, no vam poder venir a certificar el teu nou récord mundial de salt watusi però m'he posat tetes a bon preu amb les hormones dels menjars. No sé si perfonar lo fe Mogwai ;-P
Ara resultarà que tens més popes que jo?? Oh my God!
Lo de Mogwai m'ho hauràs de perdonar perquè al primavera em vaig empassar tot el concert fins a les distorsions finals amb els pedals i crec recordar que tu vas marxar abans :P
Y pq no se ve el primer plano de cara de Gwen en la foto, pq vamos es de groupie TOTAL¡...
estoy segura que todavía no ha podido pegar ojo desde el domingo¡
:)
¡¡GRANDE BILBOOOOO¡¡
¡Y si una pena no haber estado con la masa humanoide¡
Per parts: Gwen es va quedar fins el final del concert de Kooks per disfrutar del piquetón de Luke a gust. Despullats els bessons no crec que posses pegues en si es Aaron o Bryce. Aquest cop Matt portava la dosi d'alcohol en sang justa. Ampolla de més, ampolla de menys. I jo també li vaig ficar ma entre el pogo gruppie. Ho reconec, es tan guapo. Les absències son totes imperdonables, en especial si no han acavat en boda Elvis. Només espero que hagueu aprés de les vostres errades. Manchester here we go.
El piquetón de Luke em feia riure.
No posaria pegues, tens raó.
Matt no és guapo, però va clavar la dosi de vi, sí.
Manchester quan? Toquen los nacionales? :P
Leyendo el post se me vuelve a erizar la piel. Conciertazo. Y no lo has podido plasmar mejor. Grande tú Gwen!
No boda.
No UK.
End of message.
Todavía sigo con la resaca de los Nacionales y si hay que ir a verles de nuevo, se va! para superar vuestros 7 u 8 conciertos...voy tarde!
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