Hoy he soñado que un grupo de vagabundos, mendigos,
sin-techo o como quieras llamarles entraban medio a la fuerza en el vestíbulo
de mi casa, a pasar la noche. El vestíbulo de mi sueño distaba mucho del de mi
casa real. Era tipo edifico de oficinas, con grandes puertas de cristal de las
que da miedo empujar con fuerza por si se rompen, aunque no se rompen,
dimensiones gigantescas, y bonitos sofás de piel negra.
Yo intentaba que no entraran, me daban miedo. Miedo a que
pudieran subir a mi casa a robarme. Miedo a agresiones físicas. Pero a la vez, me
sentía mezquina negándoles un techo para pasar la noche.
En el sueño subía a casa por algún motivo y al volver a
bajar habían desaparecido, sin que yo tuviera que hacer nada: ni asumir mis
miedos y aceptarlos ni armarme de valor y prejuicios para echarlos. Como casi
nunca en la vida real, el problema desaparecía sin que yo tuviera que
afrontarlo.
Sueño que debe ser reflejo de días convulsos, de gente
privada de derechos fundamentales, pobreza cada vez más extendida, chatarreros
que un día se llevarán las barandillas de las calles y las señales de tráfico,
pisos asaltados en escaleras de gente conocida (van dos en un mes), y como
cantaba Chucho en “Revolución”: “y la revolución que nos trajo el peligro crudo
(…) algo me grita revolución desde el fondo del estómago”.
4 comentarios:
Perdón asaltos?????
que miedo....:(
Impactantes sueños revueltos.
Lo tuyo sí que da miedo Noe!!! :-P
Precisament aquesta tarda he pensat això: "quan vaig anar a New york em va cridar molt l'atenció la quantitat de sense sostre. i bastants molt joves (és el que més em va impactar), que hi havia. Per desgràcia, cada cop Barcelona s'hi assembla més". Vosaltres també ho veieu o és sensació meva?
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