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Cualquiera puede iniciar una cadena, pero tendrá en cuenta lo siguiente:
El destinatario que no desee recibir más correos que lo manifieste lo antes posible.
Una vez alguien ha expresado su deseo de ser eliminado de la cadena, puede/debe hacerlo el primero que conteste a la misma. Si no es así, será responsabilidad del originador de la cadena ir eliminando.
El eliminado no contestará de nuevo (a no ser que siga recibiendo correos, en cuyo caso contestará sólo al iniciador de la cadena solicitando de nuevo que se le borre)
Cuando varias personas han manifestado su deseo de ser eliminadas, no contestar correos anteriores a la eliminación. Si se hace para seguir algún hilo de conversación, asegurarse de eliminarlos.
Se da por hecho que a aquellas personas que jamás contestan un correo o intervienen en una cadena les da igual recibirlas, o que ya nos tienen configurados para que vayan directamente a la papelera.
Que prevalezca la cordura y el buen rollo. Se intentará eliminar a la gente que no desee recibir más correos, pero si falla el procedimiento, mejor un poco de paciencia (ya les quitaré cuando me dé cuenta, y me daré cuenta, por algo tengo la cruz de ser tan cuidadosa con el bienestar ajeno) que tres correos más.
El in-edit siempre programa un par de documentales de festivales, algunos añejos (Monterrey, Newport) o no tanto (Glastonbury) y como buena festivalera, intento ver al menos uno en cada edición.
Este año había un par, ambos dirigidos por Murray Lesner, que era el invitado del que se hacía la retrospectiva. Elegí el de la Isla de Wight, porque apuntaba maneras. Maneras = morbo.
Pero no hubo tragedia, y las actuaciones se sucedieron con bastante orden, concierto y acierto.
Sorprende ver que el público seguía las actuaciones sentado, en sillas o en el suelo, que la música tenía unos cuantos beats menos que ahora, y que allí sólo unos pocos daban saltos y se pasaban el concierto bailando.
Después Murray Lesner estuvo un rato contestando preguntas, entrañable.
Un bonito broche para acabar una de las mejores ediciones del in-edit que he vivido, y ya van unas cuantas.