Recuerdo a Mar en muchos lugares, incluso en su casa cuando nos reuníamos clandestinamente contra el ogro mallorquín. En aquellos años difíciles en que ella seguía sonriendo pese a todo. Pero quizá el momento que recuerdo con mas fuerza fue uno de los últimos encuentros en el Rainbow Warrior, en el 25 aniversario de Greenpeace. Cuando vino con la niña y su chico, radiante de felicidad.
Luego nos vimos alguna vez para hablar de niños, de bajas, guarderías y vacunas. Poco más.
Siempre pensé que Mar vivía un espacio-tiempo que no era el nuestro. Tenía como un ángel. Su inocencia y su sonrisa te desarmaban. La conocí hace mas de diez años en aquella oficina de Portaferrisa que era como una cueva. La visualizo ahora junto a Pau y Albert, y toda aquella panda de voluntas malcarados, que defendían como a su vida aquel castillo del arcoiris.
Mar se fue el lunes por la tarde y no nos dijo adiós. Sonriendo se fue, seguro.
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3 comentarios:
Ánimo. :,-(
Hasta las lagrimas.
Me llego, fuerza.
http://codigos-humanos.blogspot.com/
Ànimos y una sonrisa:-)
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