El de Loquillo y los Trogloditas en Lleida cuando tenía 15 o 16 años fue mi primer concierto y, creedme, eso, viviendo en Llesp, fue un golpe de suerte no exento de mérito.
Creo que estaban girando el disco doble en directo, "A por ellos que son pocos y cobardes", del 89. Estaban en la cresta de la ola, la movida ya era "mainstream" y el "indie" y Nirvana aun tardarían un par de añitos en cambiarnos para siempre, y faltaban unos cuantos más para que unas madrileñas, Ochiqueochenta, hicieran una versión electroclash de "Rock'n'roll star" que la gente nacida en los 80 pensaba que era original.
Entre el 89 y el 90 muchas chicas deseamos ser aquella que había vuelto formal y por la que Loquillo soltaba el "nenaaaa" desgarrado al final de la canción. Seguro que alguna habría que se hubiera conformado con ser la rubia del asiento de atrás.
domingo, 8 de marzo de 2009
Memoria musical colectiva - II
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3 comentarios:
Por cierto, a Loquillo le quedaba mejor el sombrero echado hacia atrás que al tonto de Pete Doherty.
Loquillo se pagaba sus drogas y las de los trogloditas con el dinero de los ayuntamientos que los contrataban para las fiestas mayores,como en L´Hospi....en la Farga,antes de reformarla.
Me declaro fan del pasado, aunque siempre habló mas de la cuenta. Ahora pido el voto para los sociatas, ahora digo que me han engañado.
Lo dicho habla demasiado y no gusta la gente bocazas. Nenaaaaaaaa!
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