Ante todo se hizo un breve sorteo de llaves del que fui excluido por no sé qué terribles leyendas urbanas, así que sin rechistar me dejo caer en el minicoche y encaramos camino a Segovia, como una horita o así de carretera en la que Neus se dedicó a cambiar de emisora y Patri a insultar al resto de los conductores, mientras, el narrador dormitaba en los asientos de atrás e iba tarareando en voz bajita los hittazos de radio melodia.
Cuando llegas a Segovia tienes la impresión de haber viajado en el tiempo a la españa del siglo XV, y no por nada de tipo arquitectónico, ni ninguna de esas leches de estudiante de historia del arte, son sus gentes las que no parecen de este tiempo, como sacadas de una versión de fuente ovejuna en la que el vestuario corre de parte de cortefiel, caballeros de dura mirada y cerrada barba dispuestos a desafiarte a duelo a la más mínima afrenta, mujeres de mejillas de saludables y risa cantarina que disfrutan de las cosas sencillas de la vida, como ir a buscar agua a la fuente o insultar a las gentes extranjeras que tienen el valor de perderse por sus calles.
Teníamos mesa reservada en una hostería en la que tranquilamente podría haber cenado Lope de Vega con sus colegas, paredes atiborradas de recuerdos, pareos de siega, ambiente rancio y raciones que ponían a prueba el colón del más pintado, cochinillo para Neus y para mí, solomillo para Patri que nos venía tocada por el cubateo extremo de la noche anterior. Del cerdito poco decir, os podéis imaginar que comí hasta el borde del vomito, a veces es una pena tener este estomago de colibrí que dios me ha dado, algo quedó en el plato, pecado maldito que tarde o temprano deberé pagar en el cielo.
Cebados como puros animalicos de granja saltamos de nuevo a los peligros de la calle castellana, se oían gritos de lejanas cuitas, percibíamos a cada paso las miradas desconfiadas del resto de transeúntes que nos sabían procedentes de tiempos venideros, el peligro de una ciudad sin amo ni ley flotaba en el ambiente, pero nada habíamos de temer por mucho que no consiguiéramos que Neus dejara de apretar bien fuerte la navajilla de 8cm que utiliza ocasionalmente como llavero, así, sabiéndonos mejores y mucho más modernos que toda aquella panda de actores secundarios de Curro Jimenez nos fuimos a ver el Acueducto, obra magna bajo la que con la tranquilidad que da el estomago lleno y el sol de mediodía me quedé completamente dormido.
5 comentarios:
Primero de todo, boyscout conduce bien. La leyenda es leyenda, pero diría que alguna vez has contado algo de una rotonda al revés o algo parecido, a lo mejor me equivoco.
¿Qué navaja?? Soy charnega, pero no quilla! Mi llavero es el típico Ampelmann de recuerdo berlinés.
La verdad es que Segovia era un poco "mundo viejuno", incluso más que Burgos; pero el cochinillo, las fresas con nata y el acueducto con las montañas nevadas al fondo valieron el viaje (con búsqueda de gasolinera por Barajas pueblo incluida).
Felicidades por los posts del viaje, son geniales.
Bueno aparte de que parezco una gruñona lo cual puedo achacar a mi edad recien estrenada me ha vuelto a gustar mucho tú nuevo post. También agradecerte tú tremenda tranquilidad y confianza por subirte al mini coche siendo nosotras las conductoras y cafeína conduces mucho mejor de lo que crees!!!. ¿Qué decir de los segovianos? que no vuelvo nunca más a preguntarles por una calle....porque ladran. Ay!!! ese solomillo que me arregló el estomago...seguro que repetiremos chicos!!
bueno, ya se sabe que no todo lo que yo cuento tiene porque ser cierto, aunque así justamente es como lo recuerdo, y chiquillas, vosotras os manejáis la mar de bien al volante, recuerdo que una de las primeras veces que subí con carlitos al volante se metió por la autopista tarragona-vilanova en contradirección sin darse cuenta de nada hasta que empezamos a chillar el resto de los ocupantes de coche...
Estás fino,sí señor!!!!sublime!
No creo que vaya Segovia,da miedo...
Lo unico interesanta de Segovia es el acueducto y el Alcázar. Sin embargo, tu crónica ha sido tan buena que casi me entran ganas de volver.
De aquí a unos meses vamos a Ávila y si quereis a mi pueblo que apenas está a 1 hora de Madrid. Tengo una casita y aquello sí que es mundo viejuno.
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